Hoy ha muerto José María, acogido a este albergue. Descanse en Paz. Él también tenía dos llagas en sus manos, aún abiertas, se le abrieron al caerse, por su falta de equilibrio, y agarrarse a unos cristales rotos que estaban donde no debían.
También pasamos buenos ratos, porque supo llevar su enfermedad, por eso estoy seguro de que lleva buenos méritos acumulados para descansar ahora en paz y felicidad plenas.
D.E.P. José María
También pasamos buenos ratos, porque supo llevar su enfermedad, por eso estoy seguro de que lleva buenos méritos acumulados para descansar ahora en paz y felicidad plenas.
D.E.P. José María
José María nos ha dejado con la palabra en la boca. Habías
empezado a resolver tus asuntos, tu futuro, atravesado tantas dificultades, y sin
embargo eras capaz de mantenerte en guardia, preparado para afrontar cada paso
con la confianza de conseguir muy pronto tu estabilidad.
Pero, con esta despedida, ‘a la francesa’ y a la fuerza, sin
haberlo pretendido, quizá has encontrado
antes tu estabilidad, de una sola vez y para siempre.
Yo creo que no se te puede considerar desafortunado, pues
conocíamos muy bien todas tus enfermedades, y precisamente el día antes de tu
despedida nos informaste de las que aún no sabíamos. Buscabas con ahínco la ‘absoluta’,
una pensión que te permitiera vivir lo más dignamente posible, y por eso tenías
a mano todos los informes médicos con que nos dejaste tan apabullados. Sonreías,
ante nuestras caras de sorpresa y
nuestras expresiones de asombro.
Pero siempre sonreías, agradecías cada gesto, cada palabra,
cada broma, como si necesitaras llenarte de afecto, como si quisieras así
también calmar todas tus dolencias, o, ¿quién sabe, si ante la perspectiva de
una despedida inmediata, definitiva?
Sólo Dios sabe cuando estamos maduros para irnos con Él, para
siempre; sus criterios no son los nuestros, porque algunos pensarán: ‘ahora que
estaba a punto de conseguirlo’... Otros, en cambio pudieran pensar, como me
decía un amigo: “¿sabes?, a lo mejor voy a decir algo muy fuerte... lo envidio”.
Mi respuesta fue muy clara, no me parece nada raro, ni fuerte,
ni malo. Insistía mi amigo: “cuando has
vivido situaciones límite, y aún no ves una perspectiva clara de salida del
túnel de miseria y pobreza”.
Entonces yo le respondo que es perfectamente normal, que más
de uno siente esa sana envidia, sin caer en la desesperación... y sigue
adelante, sin pensar demasiado en cuando le llegará el momento de estar perfectamente
preparado, según los criterios del Todopoderoso, Sabiduría y Bondad infinitas.
D.E.P. nuestro amigo José María. Y gracias por los buenos
ratos que hemos pasado con él, por su sonrisa, por su generosidad al agradecer
nuestra compañía, cada día, mientras estuvo entre nosotros.
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