Esta semana comienza
con una procesión festiva con ramas de olivo… Pero esta semana va adelante en
el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección.
Hemos escuchado la
Pasión del Señor…
¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre? ¿Soy yo, un traidor?
Hemos oído muchos
nombres:
¿soy yo como…
- el grupo de líderes
religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley
que había decidido matarlo.
- Judas, que finge amar
y besa al Maestro para entregarlo.
- los discípulos que no
entendían nada, que se quedaron dormidos...
- Pilato, que cuando
veo que la situación es difícil, me lavo las manos y no sé asumir mi
responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a las personas.
- aquella muchedumbre
que … elije a Barrabás. Para ellos es lo mismo: era más divertido, para
humillar a Jesús.
- los soldados que golpean al Señor, le escupen,
lo insultan, se divierten con la humillación del Señor
- el Cireneo que
regresaba del trabajo, fatigado, pero que tuvo la buena volunta de ayudar al
Señor a llevar la cruz…
- aquellos que pasaban delante de la Cruz y se
burlaban de Jesús…
- como aquellas mujeres
valientes, y como la mamá de Jesús, que estaba allí, y sufrían en silencio…
- como José, el
discípulo escondido, que lleva el cuerpo de Jesús con amor, para darle
sepultura…
- como estas dos
Marías, que permanecen en la puerta del Sepulcro, llorando, rezando…
- como estos dirigentes
que al día siguiente fueron a los de Pilato para decir: “Pero, mira que éste
decía que habría resucitado; pero que no venga otro engaño”, y frenan la vida,
bloquean el sepulcro para defender la doctrina, para que la vida no salga
afuera…
¿Dónde está mi corazón?
¿A cuál de éstas personas yo me parezco?
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