Dez 27, 2019 - 16:11
José Luís Nunes Martins
Cada vez hay más gente incapaz de luchar por lo que
sueña. Pasan el tiempo deseando, pero desisten al poco tiempo de haber
comenzado. Se quejan mucho de todo… cansancio, desaliento, posible fracaso,
demoras del mundo, expectativas, mentiras, guerras dentro y fuera de sí…
Dejan pasar la vida como si nada tuviesen que ver con su
recorrido. Se vuelven espectadores que solo saben protestar. Poco a poco, son
incapaces para el bien, haciendo de sí mismos, personas amargadas y más.
Creen que merecen la cima. No por lo que hacen, sino tan
solo por lo que son, como si hubiesen nacido diferentes a los demás.
No luchan nada por conseguir el punto más alto de la
montaña. El mundo debe concederles eso, llevándolos hasta allí a hombros, al
cuello o en helicóptero.
Estas vidas son de una soledad creciente. Se apartan de
los demás con un sentimiento de profunda injusticia. Como si el mundo entero
conspirase contra ellas.
Hay otros que no desisten, ni temen comenzar y recomenzar
siempre.
Saben que hoy es el día para comenzar, de luchar, de
enmendarse y perfeccionar. Hoy es el día para la esperanza, aunque a veces le asalte
el deseo llorar.
El camino hacia la cima implica esfuerzo, sufrimiento,
sacrificios.
Nos sacrificamos siempre que renunciamos a nuestro bien
en favor del bien de los demás… eso es lo que nos exige el amor.
El egoísmo y el miedo siempre nos empujan hacia abajo
Solo el amor es fuerza y camino. Por qué y para qué
¡Nadie llega al cielo sin un corazón maltratado de tanto
amar!
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