La vida es un misterio, es verdad, todo el mundo lo sabe. Pero parece que tú te empeñaste en hacerlo más incomprensible, incluso inaceptable. Todo el mundo te quería, por Antoñito te conocíamos todos, eras como el niño que se niega a crecer, a desprenderse del cordón umbilical que le une al cuidado maternal, del que no quiere separarse por nada del mundo, por malas que vinieran las cosas. Por eso, quizá, nadie consiguió darte los ánimos y los medios para librarte de ti mismo y afrontar la vida sin miedos, sin complejos para disfrutar de una autonomía capaz de proporcionarte alguna felicidad al menos. Ha sido muy duro para los que te conocimos y tratamos, ver cómo no éramos capaces de sacarte del pozo de amargura que ocultabas con tu sonrisa, con tus expresiones de asombro cuando te decíamos cosas que tú no nos decías, pero que eran evidentes.
Por esto mismo estoy convencido que el premio que te
van a dar, después de tu misteriosa vida, llena de penalidades, es grande, tan grande
como lo han sido tus penas. Todas van a desaparecer, todas juntas se
convertirán en una fuente de felicidad, porque vas a encontrar a quien más querías, y no vas a carecer de nada, y ya
no habrá más misterio, todo será claro y luminoso, y ahora sí reirás de verdad,
y serás tú mismo, porque verás cara a cara al que para nosotros sigue siendo un
misterio insondable: Dios. Un Dios que sufrió lo indecible también, aunque para
salvarnos a nosotros; si bien no dijo que estuviéramos libres de sufrimientos
en esta vida donde conviven el bien y el mal, y es cosa nuestra distinguir y
elegir.
Hasta aquí estabas luchando
agónicamente por la vida. Y llegó la noticia, “Antoñito ha fallecido esta
madrugada”. ¿Ves? Ha sido en el amanecer, el amanecer de un día sin fin para
ti. Buen presagio. Lo que te decía, ya encontraste la Felicidad, para siempre.
¡Enhorabuena!
Por más que te hayas empeñado en
acabar contigo, no habrá sido en vano tanto sufrimiento. Aunque los demás no le
vemos sentido, seguramente lo tiene, y más nos valdría tratar de encontrarlo.
Tu sufrimiento habrá servido para
que de una vez hagamos que nadie sea invisible para nadie, y menos para aquellos
que pueden hacer mucho por evitar que nadie caiga en la marginación absoluta,
involuntaria, indeseable, inhumana.
Por eso te damos las gracias, por
haberte sacrificado, porque tu sacrificio no ha sido inútil, porque nos ha
servido para entenderte mejor, aunque ya no estés aquí entre nosotros, y para
hacer que los que no te vieron, los que no supieron verte, y los que no te entendimos del todo, te veamos ahora gozando de la paz, de la felicidad, para
siempre, y sigamos con fuerzas renovadas tratando de hacer visibles a los que
la sociedad margina, y a los que por circunstancias adversas de la vida se ven
empujados contra su voluntad.
Ha sido una noticia triste. Un chico joven y con capacidad para levantarse de nuevo.
ResponderEliminarDesgraciadamente y a pesar de todos los esfuerzos por ayudarle él quería estar con su madre y buscaba desesperadamente su muerte lenta y sufridamente.
He pasado por una situación parecida aunque lo superé.
Hasta pronto antoñito, ya estás con tu madre, lo conseguiste.
Quiero dejar constancia de que Cáritas, centro de personas sin hogar y tu, Guillermo y los trabajadores sociales Cristina, Blanca y Miguel habéis estado a su lado.
ResponderEliminarRecuerdas cuando le llevabas un cafelito en la plaza, recuerda las veces que charlamos con él.
Él seguro que se acuerda de todos vosotros allá donde esté.
Lo importante verdaderamente es atender al que lo necesita, y respetarlo tan como es, como persona, sin exigirle nada ni aprovecharse él, con la humildad suficiente para actuar con la máxima discreción
ResponderEliminarEl SEÑOR ES MI PASTOR.
ResponderEliminarMe sacaste a salvo del vientre de mi madre.y desde que ella me amamantaba.me hiciste confiar en ti mi DIÓS.en verdes prado me dejas descansar, me conduce junto a arroyos traquilos.ÉL renueva mïs fuerzas.ME guía por sendas correctas,y así da honra así nombre. AUNQUE cuando yo pase por el valle más oscuro,* no temeré,.porque tú esta ami lado tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos .ME honras ungiendo mi cabeza con aceite.Mi copa es desborda de bendiciones. CIERTAMENTE,TU BONDAD Y TU AMOR INAGOTABLE ME. SEGUIRÀN TODOS LOS DIA DE MI VIDA,Y EN LA CASA DE SEÑOR VIVIRÉ PIR SIEMPRE .AMEN.TE AMÓ HERMANITO MIÓ .HASTA LUEGO .
Soy Cristóbal el hermano de ANTONIO. TÉ QUIERO Y SIEMPRE TE AMARÉ HASTA PRONTO ANTOÑITO.
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