Hoy
teníamos que descargar varios miles de kilos que el Banco de Alimentos
nos proporciona, cada trimestre, más o menos.
Un
asunto complicado, dado el escaso número de voluntarios al servicio
de las cáritas, y a menudo son además jubilados. Cuando se acerca
la fecha, nos entra una cierta inquietud acerca de como llevaremos a
cabo semejante tarea. La verdad es que no debiera ser así, porque
cada vez que llega la fecha acuden en ayuda de cáritas numerosos
cofrades de todas las cofradías de la parroquia, y la verdad es que
lo hacen con convinción y muy buenos resultados.
Tan
buenos resultados que siempre parece un milagro. Aunque el milagro es
permanente, y el mismo párroco lo airea siempre que tiene la
oportunidad de hacerlo cuando dice: 'esta parroquia funciona ella
sola, todos los grupos parroquiales cumplen su misión, y siempre
están dispuestos a colaborar'.
Esta
vez es más sorprendente el milagro, porque las vísperas eran
bastante inciertas, y el comienzo de la mañana no era alentador, ya
que comenzabamos con retraso. Temíamos que los voluntarios que
habían venido se cansaran de esperar. Llegamos incluso a desconfiar
que el vehículo, una furgoneta muy trabajada y pequeña, no
aguantara tantos viajes... En fin, que para qué nos preocupamos en
vez de confiar en nosotros mismos y en los demás grupos que forman
la parroquia, ya que de todo esto no sucedió nada, más bien todo lo
contrario: los voluntarios aguantaron con humor la espera del retraso
y otras cuatro esperas más en otros tantos viajes al Banco de
Alimentos, desde las diez de la mañana a la una de la tarde; la
furgoneta aguantó perfectamente y aún terminamos antes de lo
previsto, cerca de las tres de la tarde.
¿Por
qué hay entonces tan pocos voluntarios en los equipos de Cáritas,
por regla general? ¿Por qué no se reconocen y reparten las
funciones y carismas de los voluntarios en los equipos? La verdad es
que viendo la respuesta de hoy, como la de otras veces, me parece que
los equipos de Cáritas debieran abrirse más, contar con la
colaboración de otros grupos, haciendo que todos se integren en la
labor principal de la Iglesia, la Caridad. Yo pienso que muchas
personas están deseando que alguien les de la oportunidad de
mostrarse generosos, porque desconocían cómo hacerlo, o sufrían
alguna desconfianza o prejuicio.
Así
quedó el almacén.
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