El amor fortalece. No hay vacío en el corazón que no
llene el amor. Amar es el bien en acción. Anima el interior y lanza luz sobre
las tinieblas interiores, permitiendo que se distinga la verdad de error. Nos
hace fuertes porque nos orienta y revela en nosotros la valentía que creíamos
no tener, a fin de que podamos afrontar el sufrimiento sin perdernos el sentido
de la existencia.
El amor da. Se da. Nos hace dar al otro aquello que somos.
El amor permite que nos liberemos de nosotros mismos y nos lancemos al mundo,
como una flor que exhala su perfume, sin distinguir a quien lo merece de quien
no es digno de él. Amar es lo que somos de más íntimo. El amor es el
contraveneno del egoísmo que nos mata, es una elección que se hace y nos libera
de los apetitos y deseos de nosotros mismos.
El amor perdona. Amar es la forma excelente de dar. Por
eso, sólo perdona quien es rico. El que es fuerte hasta el punto de ser capaz
de colocar el bien por encima de sí mismo. El error del otro nunca pude sobreponerse
a nuestra voluntad de paz. El que dice perdonar, pero no olvida, todavía no ha
perdonado. Porque en su corazón aún no hay paz.
El amor no devora. No consume ni se consume. No busca conquistar
ni destruir, quiere lo mejor para el otro y quiere que el otro sea mejor. No
busca ser el primero, por eso el otro no es una amenaza, sino un premio. El amor
es una atención constante a las necesidades del otro y procura , por todos los
medios, protegerlo y promover su felicidad.
El amor es pobre y humilde. Quien ama sabe que el fruto
no nos pertenece. Amar es también salir de la insensatez de acumular para sí
mismo, con la ilusión de que amontonando cosas estamos asegurando un futuro
que, al final, más que no pertenecernos, está fuera de nuestro control.
Miserables son los que no aman, todos cuantos se creen el centro del mundo.
El amor espera. El amor cree y es capaz de soportar todo.
Porque en nuestra fragilidad y dependencia reconocemos que no somos
autosuficientes. Somos parte de algo mayor, que esperamos, incluso cuando no
comprendemos. Confiar que el amor es mucho mayor que mi corazón es colocarme en
la cima de mí, muy cerca del cielo.
El amor construye. Amar es actuar y salir de la muerte de
los días sin sentido, arriesgarse en las tierras de los temores, tremendo, pero
no dejando de avanzar, paso a paso, más allá del mundo donde todo es pasajero.
Amar no es fallar, es construir. Sin obras, el amor no sale de la muerte.
Amar es mantener firmeza en un mar de incertidumbres.
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