sábado, 13 de enero de 2018

Somos una ‘opera prima’ en construcción


Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Somos lo que hemos procurado ser, pero somos también el resto. Somos el punto en que aún estamos y el que hemos ido haciendo hasta aquí, tanto bueno como malo.
No somos lo que pensamos que somos. Los héroes y los cobardes no acostumbran a tener conciencia de lo que son. Otros son ambas cosas en aspectos diferentes de la vida y tendrán idea de ser siempre solo una.
A pesar de todo, lo que pensamos sobre nosotros es mucho más importante que lo que los otros piensan.
Somos lo que hemos procurado ser, pero somos además el resto. Somos el punto en que aún estamos y el que hemos ido haciendo hasta aquí, de bueno y de malo.
No somos lo que los otros ven, ni la opinión que forman respecto a nosotros. No somos nuestros secretos y misterios, somos nuestras obras y nuestras elecciones. Nuestros valores que ponemos en práctica. Hay quien pierde mucho tiempo mirándose a sí mismo y no ve estas evidencias.
Somos cuando nos damos. El que se atreve a amar y vencer el egoísmo y el orgullo que corroe a todos aquellos que creen que es recibiendo como se hacen más ricos, es feliz y tiene paz, aún cuando las circunstancias no están a su favor.
El interior acaba por reflejarse en el exterior, puede pasar tiempo, a veces años. De la misma forma que cambiamos a lo largo de los años, las personas tienden, con el tiempo, a revelarse como son. Al final, el interior es la raíz y la fuerza que anima el exterior. Por más que se intente disimular, acaba por manifestarse.
Un buen camino para conocernos es cuando alguien evalúa lo que ama y lo que le irrita.
Lo que somos no está en el fondo de nosotros mismos, no llegamos al conocimiento de nuestra identidad a través de una contemplación interior. Lo que somos está en nuestro desplazamiento al fondo del otro, en la intensidad y en la verdad que colocamos cada vez que nos damos.
Habrá siempre un día en que todos los contornos de nuestra verdad más auténtica aparezcan, de forma mucho más clara, ante nuestros ojos. Para unos será un excelente momento, para otros no.
                                                              Ilustración Carlos Ribeiro

jueves, 11 de enero de 2018

¿¡Para cuándo yo!?




 Daniel Medina Sierra



Hacía tiempo que no escribía un post, quería escribir algo interesante para los lectores y me ha llegado la inspiración en forma de notificación judicial.

Suelo, por lo general, comentar situaciones, o vivencias y reflexiones, principalmente en relación a  las personas sin hogar, o a la pobreza en general.

Vivo en situación de exclusión social desde hace la friolera de ocho años, y llevo cuatro de ellos siendo voluntario; llevo sin luz ni calefacción ocho años, y tan solo dos de éstos disfrutando de agua corriente en casa; he solicitado en dos ocasiones el salario social, llevo cuatro años en la lista del paro; he asistido a clases de inglés, a cursos varios e incluso intenté cursar acceso a la universidad, pero ante la imposibilidad de estudiar dada mi situación, intenté al menos, aprobar la ESO.


Para mí ha sido mentalmente imposible. Después de un año y medio asistiendo a la oficina de orientación laboral, año y medio donde la única actividad era " enseñarme" a hacer un currículum, facilitarme direcciones de paginas enfocadas al empleo; pero han cerrado sus puertas hasta próximo aviso. Puntualizar en este asunto que necesito expresar mi profundo mal estar al saber que, mientras luchas por volver a una situación favorable, los contribuyentes están pagando a unos ineptos funcionarios públicos, porque el currículum vítae ya sabía hacerlo, y además mucho mejor;  las paginas facilitadas para la búsqueda de empleo, ya llevaba años apuntado, no sirvieron más que para dar de comer a cuatro sinvergüenzas y para que la opinión pública pensara que estaban luchando contra el paro y creando oportunidades para la inserción laboral.

Pocos, porque de todo hay, pensarán que me he sentado en casa esperando a que todo se solucione por sí solo. Pocos pensaran que en estos ocho años me he limitado a pedir, a exigir a los demás.

Nada más lejos de la realidad. Me he exigido a mí mismo, me he ofendido a mí mismo y me he castigado mucho más que nadie. He cometido muchos errores, seguro, he enmendado los errores posibles, otros son imposibles de enmendar; lo único que puedes hacer al respecto es no volver a cometerlos.

He intentado dar, ofrecer en vez de pedir.

Larga reflexión para no ser más que la introducción de mi verdadero desazón, pero creí necesario expresarlo para un mejor entendimiento de lo que a continuación voy explicaros.

¿Para cuándo yo? Este sería el titulo más acertado, ‘para cuándo yo’.

Hoy me estaba consolando un amigo que ha salido de la pobreza, y que me daba las gracias por mi apoyo incondicional.

Me estaba consolando porque no podía hablar con otro más que con él.

Se ha convertido en un tabú, soy voluntario pero en poco tiempo estaré en la calle, me dedico a ofrecer y pronto estaré peor que como empecé.

El banco reclama lo suyo, señores, a estos no le importan que duermas en sus sucursales pero te sacan a patadas a base de mandato judicial, la justicia.

¿Y saben lo que más me entristece? que ha hecho más por mí un solo voluntario de Cáritas que cualquier organismo público, que cualquier otro ser humano, y no hizo magia, no convirtió agua en vino y multiplico el pan para todos los pobres del mundo, fue más sencillo, o como diría el, más natural.

Me abrió las puertas de su casa, me dio de comer, una ducha, ropa limpia y cariño. Joder, si un solo hombre ha hecho tanto por tantas personas que hemos transitado por su vida, qué no harían dos o tres como él.

El único defensor con hechos y no de palabra capaz de dar tanto ha sido él.

Y no es que no haya conocido personas extraordinarias y generosas en todo este tiempo, conozco a muchas, pero están tan ocupados aliviando y ayudando a los demás que no han reparado en mí aun sabiendo mi delicada situación.

Soy consciente de que puedo pecar de egoísta, supongo que no es políticamente correcto indignarme un poco por esperar a que me llegue la oportunidad de levantar cabeza. Realmente no sé a qué espera nadie para reaccionar.

 


miércoles, 10 de enero de 2018

GRACIAS, MAESTRO


(Con toda humildad y respeto, hace tiempo que quería agradecer a mi maestro, responsable de que me decidiera a publicar una sola frase que tuviera que ver con otras personas. De él aprendí el respeto sagrado que se debe tener hacia toda persona, porque tiene un alma inmortal, que aspira a vivir plenamente, eternamente. Me alegro enormemente de la concesión de la medalla. Aunque él no se amigo de reconocimientos, somos los demás los que tenemos la obligación de agradecerle tanto bien como hace con su palabra. Por eso me permito publicar aquí esta noticia íntegra, para que más personas sepan quien es José Jiménez Lozano).



El Papa otorga a José Jiménez Lozano la medalla Pro Ecclesia et Pontifice



El próximo 4 de noviembre, a las 11 horas, el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, impondrá en el arzobispado al Premio Cervantes José Jiménez Lozano la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, la máxima distinción que el Papa confiere a seglares, «como premio a su fidelidad a la Iglesia y su servicio distinguido a la comunidad»

El Santo Padre ha otorgado este reconocimiento a solicitud del propio arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien en junio de este mismo año trasladó su candidatura, «compartida por muchas personas», convencido de que el galardón será muy bien recibido, dado el común reconocimiento de la sociedad a la persona y la obra del escritor abulense afincado en Valladolid.

El cardenal Blázquez solicitó la medalla para este «intelectual cristiano con exigencias de superación y reforma», que «participa activamente en la vida de su parroquia y se ha manifestado siempre como hijo de la Iglesia» y cuyo modo de vida es «sobrio y discreto» por tres razones fundamentales. La primera es su «asombrosamente» larga y cualificada trayectoria profesional, reconocida por innumerables premios («aunque por su manera de ser no sea proclive» a ellos). «Abarca la corresponsalía en Roma durante el Concilio Vaticano II, la evocación de figuras bíblicas, el estudio de personajes como san Juan de la Cruz, fray Luis de León, Pascal, etcétera. Novelas y cuentos y particularmente el periodismo que culmina como director de El Norte de Castilla», detalla.

El segundo gran argumento es la relevante colaboración de José Jiménez Lozano en la gestación y realización de las primeras exposiciones de Las Edades del Hombre, «un proyecto sorprendente que se convirtió en un éxito rotundo» y que, tal y como explica Ricardo Blázquez al Santo Padre, fue ideado en gran parte por el escritor y su amigo el sacerdote José Velicia, fallecido hace 20 años. El propio Jiménez Lozano, autor de los guiones de las cuatro exposiciones de la primera etapa, explicó que con ellas se persigue «no solo abrir un espacio a la fruición estética, sino emitir un mensaje de índole teológico-catequético. Toda obra de arte está singularmente habilitada para cumplir esa función mediadora del discurso teológico».

Pero hay una tercera motivación para la solicitud del reconocimiento y su concesión, y es la «ejemplaridad» del literato como persona y como cristiano. «El reconocimiento que solicito –enfatiza don Ricardo Blázquez– sería muy elocuente en la situación actual de nuestra sociedad. Cuando entre nosotros se tiende a olvidar las raíces cristianas de Europa, y a marginar la obra de la Iglesia en el presente y en el pasado, es muy significativo subrayar la ejemplaridad de personas como el candidato, que ha unido magistralmente su fe, sus manifestaciones culturales y artísticas y el mensaje de nuestro tiempo (…). Es bueno presentar tales personas, que han realizado una obra tan valiosa, a la consideración de todos».

La medalla

La condecoración fue instituida por el Papa León XIII, en 1888, con motivo de sus bodas de oro sacerdotales. Se trata de una cruz octogonal con la flor de lis en los cuatro cantones y con su imagen rodeada por la frase «Leo XIII PM anno X» (León XIII, Pontífice máximo, año diez de su pontificado). En el anverso de la medalla, sobre los brazos de la Cruz, aparecen representados cometas, que, con las flores de lis, forman el escudo de armas de la familia Pecci, a la cual pertenecía el Papa. Grabadas en el reverso están las palabras Pridie (Día primero), Kal (de las kalendas), Ianuar (de enero) y el año 1888. En el reverso aparecen los emblemas papales (las llaves y la tiara de san Pedro) y el lema Pro Ecclesia et Pontifice. A partir del pontificado de Juan Pablo II los colores de la cinta de la medalla son el amarillo y blanco.

Desde su institución han recibido este reconocimiento varios centenares de personas públicas y anónimas en todo el mundo, en su mayoría seglares. Entre las españolas, la reina consorte de los belgas, Fabiola de Mora y Aragón, o la vallisoletana Eloísa García de Wattemberg.

http://www.alfayomega.es/130350/el-papa-otorga-a-jose-jimenez-lozano-la-medalla-pro-ecclesia-et-pontifice