La mayoría de los
suicidios no se producen por voluntad propia, sino más bien por depresión en
estado terminal.
Cuando se trata
de una dolencia física, cualquiera que sea, consideramos que se debe a un
infortunio cualquiera, ajeno a la voluntad del mismo. Con todo, cuando se trata
de problemas síquicos todo cambia en nuestra evaluación. Juzgamos que se trata
de algo que se debe a las decisiones individuales en función del contexto
concreto, pero casi nunca consideramos que el problema no tiene relación fuerte
con la voluntad de la persona.
La mente, así
como el cuerpo, puede tener problemas.
Uno de los más comunes,
hoy día, es la depresión. La persona queda, de forma progresiva, sin fuerza
para expresarse, sin sensibilidad para dejarse impresionar. Se aparta de la
vida. Como si la misma voluntad estuviese huyendo.
Es insensato
culpar a alguien de tener la gripe. Del mismo modo debiera considerarse absurdo
señalarle con el dedo por cualquier patología psíquica.
¿Cómo mata la
depresión? Nubla el espíritu hasta el punto de que este ve en la
autodestrucción el único medio para poner término a su sufrimiento, ara
aliviarlo de la angustia más profunda y la desesperación más asfixiante. Nadie
se quiere matar. Quiere, sí, de forma enfermiza, poner fin a un dolor que duele
sin límite ni por qué.
Cuando alguien
desiste de esperar el bien, deja de temer al mal.
Mientras consideremos
a los deprimidos como culpables de esa condición, estaremos siendo cómplices de
aquello que les devora el espíritu.
Las tristezas son
una parte saludable de la vida, pero la depresión no es una tristeza.
Es posible tratar
la depresión con tiempo y acompañamiento técnico
¡Malas compañías,
aunque bien intencionadas, es mejor que no se acerquen, ni digan nada!
Tal vez el amor
no consiga curar ninguna patología, pero a veces, hace milagros.
Ayuda estar
presente y callado. Ayuda no juzgar. No culpar. Ayuda amar hasta el punto de
que el otro se sienta amado. Pero nada de esto es garantía de éxito, porque se
trata de una patología concreta, que puede progresar, tantas veces, de forma
fulminante, hasta ser fatal.
Es importante
combatir y matar la depresión. Rescatando de sus garras a todos los que fuera
posible.
Atención.
`Paciencia. Tiempo, tiempo y tiempo. Amando siempre a pesar de todo.
https://agencia.ecclesia.pt/portal/a-depressao-mata/
No hay comentarios:
Publicar un comentario