Tal ves tenga
todavía loa oportunidad de preguntarme sobre lo que anduve haciendo durante
tanto tiempo. Por qué razón fu posponiendo lo importante y preferí distraerme dedicándome
a las urgencias sin valor.
¿Cuántos años
perdí a la espera de que la vida me diese aquello que, siendo mío, debía haber
tenido yo que conquistar?
¿Alguna vez,
siquiera por un minuto, agradecí todo lo que estoy dispuesto a perder? No, claro
que no. ¿Cuántas ves supuse que merecía todo lo bueno que tuve, solo por haber
sufrido un poco? Las crisis exigen héroes. ¿Cuántas veces quedé esperando que
otros viniesen a rescatar, como si fuese más o menos lo mismo que ellos?
¿De qué me
servirán tantas colecciones de cosas como fui acumulando?
¿No fue por
falta de inteligencia que temí confundir el tener con el ser? ¿Fue por falta de
qué?
¿Qué puedo
hacer todavía en las horas que me faltan? ¿Dar o recibir? ¿Decir lo que debía
ya haber dicho, pero que aún no he sido capaz?
A toda vida
llegará un momento en que la verdad nos mostrará nuestras mentiras, nuestros
engaños y nuestros silencios cobardes o maliciosos…
¿De qué obras
buenas he sido responsable?
¿Si muriera
mañana, perderé lo que soy? No. Sé que no. No sé de donde he venido, ni hacia
donde voy, pero sé, con certeza, que no soy una casualidad sin sentido. Cada uno
de nosotros es mucho más que un intervalo de tiempo entre el principio y el fin
de la vida en este mundo. Cada uno de nosot5os está inscrito en la eternidad.
Cuando alguien
pierde todo, aún le queda Dios. Siempre. Dios es el suelo de mi alma y la más
alta, distante y luminosa estrella del firmamento sobre mi cabeza. Me respeta
hasta el punto de confiarme la vida – y una vida libre. Quiso que mi existencia
fuese construida por mí, hasta el final… de donde me vendrá a buscar. No sé para
donde.
¿Creo, cada
vez que me acuesto, que la mañana siguiente me acoraré? ¿Por qué temo que la
muerte si no es más que una entrega? ¿Por ser única, definitiva e irrepetible?
¿Pero es que no es cada uno de los días
único, definitivo e irrepetible?
Esta vida que
vivimos aquí y ahora forma parte de otra vida mayor. Así, este mundo puede
acabar mañana, pero ni el mundo es todo, ni el mañana será el fin de los
tiempos…
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