sábado, 12 de mayo de 2018

Un crucifijo no es decoración




José Luís Nunes Martins



Hace poco tiempo, en Alemania, el primer ministro de Baviera resolvió colocar crucifijos en todos los edificios públicos de la región. Los obispos alemanes se mostraron contrarios a la medida, ya que se trataba de aprovechamiento político, una instrumentalización que, más importante aún, se volvió motivo de división, poniendo a unas personas contra otras.

El pasado diez de mayo, en Nueva York, abrió al público una exposición en el MET (Metropolitan Museum of Art) cuyo título es “Cuerpos celestiales: Moda e imaginación Católica”, que pretende conjugar la moda con la fe católica. La idea inicial contó con el apoyo del Vaticano, que cedió más de 40 piezas. En cambio, en la gala de inauguración, las indumentarias de los invitados hicieron percibir a todos que la fe católica, en aquel contexto específico, es solo un tema sobre el cual cada uno puede hacer lo que quisiera, en nombre de la creatividad de la moda.

La falta de respeto fue más que evidente. Centenares de invitados desfilaron con trajes donde la fe católica era a penas y solo el punto de partida para una imaginación sin límites ni escrúpulos. ¿Es que la falta respeto no es, por sí sola, prueba evidente de falta de imaginación?

Tal vez la Iglesia católica haya sido escogida por ser más tolerante en este tipo de abusos. Confieso estar en desacuerdo con el Vaticano, al menos por lo que he podido saber. Al final, la visibilidad pública, por mayor que sea, no conseguirá ser suficiente para justificar las ofensas hechas a la fe católica.

Tener buena intención no basta. Es necesario prever lo que va a suceder y decidir en función de eso. Sin ingenuidades.

¿Cuál sería la reacción de los invitados si hubiese sido elegida otra Iglesia o religión?¿Por qué razón la Iglesia Católica aceptó ser instrumentalizada?

Un crucifijo e más que un simple signo. Es símbolo de amor. No debe ser utilizado como medio para cualquier otro fin. Cualquiera que sea.

Cuando un católico lleva un crucifijo al cuello, debe utilizarlo como símbolo de su fe, jamás como un adorno estético. No sirve para hacer propaganda del mismo, sino para alabar el sacrificio de Aquel de dio su vida por nosotros.

Exhibir cualquier objeto religioso fuera de su contexto es potenciar el error de juzgarlo por sí mismo.


Cada uno es libre de elegir lo que viste. Pero es una hipocresía considerar que no debe respetar a otros, ni siquiera concederles el derecho a expresar su repugnancia por sus elecciones.


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1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con el desacuerdo con la decisión del Vaticano, me parece nefasta, incluso una traición. No creo en absoluto que haya pecado de ingenuidad… a estas alturas. Sea quien sea el responsable de haber consentido y prestado cualquier objeto religioso debería pedir perdón y retirarse a otros menesteres, hacer caridad o a barrer y fregar una temporada larga. Hasta leer la crónica no había tomado en serio semejante noticia, al ver que es verdad que se ha producido esta exposición o desfile, me he indignado de verdad.

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