Hoy escribo encantado, y estaba
deseando empezar este post, para agradecer la respuesta a mi última petición a
los directores de Cáritas Arciprestal, para que tuviéramos un encuentro arciprestal,
Directores y voluntarios, en el que agradecer a Juanjo, el Director saliente, y
a su equipo, su labor al frente de dicha Institución, durante un periodo de
tiempo largo y fructífero, haciendo posible la ayuda sociocaritativa que Cáritas desarrolla
en cada parroquia de la manera más eficaz posible.
Juanjo respondió, con la misma
claridad de siempre, haciendo una llamada a todos los Directores para
que sigan reuniéndose y ayudándose, que no se desanimen y sigan adelante.
También Marina respondió emocionada y casi sin palabras. Rafael había excusado
su ausencia.
Como digo al principio, escribo
hoy encantado, pero casi no me atrevo a expresar un pensamiento que me surgió
en el camino de regreso a casa, por si resulta algo irreverente, atrevido o
algo peor… Trataba de plasmar el buen ambiente, la sensación general de
sorpresa, de gratitud y de esperanza que se vivió. Fue el siguiente: Dios es Caridad,
y se manifiesta también por ello en tres Personas distintas que se aman, Padre,
Hijo y Espíritu Santo; pues hoy Cáritas Arciprestal de San Fernando siguiendo
este ejemplo inefable e infalible, aunque salvando las
enormes distancias entre Creador y criatura, ha actuado caritativamente consigo misma,
entre sus distintos equipos y voluntarios que los forman… tratando de mantenerse
a flote, y mostrar públicamente su afán de seguir adelante cumpliendo con su misión,
aunque sean momentos de incertidumbre, por no tener una dirección clara, y no
haberse producido un relevo coherente.
Sea como fuere, mereció la pena. Agradezco sinceramente que alguien haya sido capaz de organizar esta ‘despedida’ muy merecida, no solo para ellos, sino para los que continúan, ya que el equipo saliente fue capaz de afrontar numerosas dificultades y aportar soluciones a numerosas necesidades, ofreciendo así una línea de conducta con cierta garantía; aunque siempre con la ayuda de Dios, claro está. Agradecer también la asistencia de todos los voluntarios y Directores que tuvieron a bien aceptar la invitación a dicho acto.
Sea como fuere, mereció la pena. Agradezco sinceramente que alguien haya sido capaz de organizar esta ‘despedida’ muy merecida, no solo para ellos, sino para los que continúan, ya que el equipo saliente fue capaz de afrontar numerosas dificultades y aportar soluciones a numerosas necesidades, ofreciendo así una línea de conducta con cierta garantía; aunque siempre con la ayuda de Dios, claro está. Agradecer también la asistencia de todos los voluntarios y Directores que tuvieron a bien aceptar la invitación a dicho acto.
Me alegro mucho por todos, disculparme por no haber asistido.
ResponderEliminarFelicidades don Juanjo.
Muchas gracias Octóvilo. Un abrazo.
ResponderEliminarDani, estás disculpado.