sábado, 7 de abril de 2018

El amor permite ver lo que la pasión oculta



José Luís Nunes Martins

Cada uno de nosotros es un ser dotado de  mayor o menor sensibilidad. Todo lo que existe, visible o invisible, interior o exterior, puede afectarnos.

Si algo nos afecta en alto grado, entonces puede hablarse de pasión.

Así, pasión es lo que sucede cuando algo golpea fuertemente la sensibilidad de alguien.

Una pasión se vuelve señora de la voluntad y, con violencia irresponsable, quema las riendas de la libertad, llevando a la persona  a actuar fuera de lo que es su identidad y su deber.

El concepto de pasión significa sufrimiento. Algo que está obligado a soportar. Un deseo desordenado y fuerte que nos vuelve esclavos. Pero, que nos ciega de cara a lo que somos, a lo que tenemos, a los otros y a toda la existencia.

También se denomina pasión a un entusiasmo fogoso, a una exaltación debida a  una atracción que algo o alguien despierta. No obstante, no es bueno todo lo que se  haga con voluntad consciente, sin noción clara de las consecuencias, o por lo menos, acogiendo de forma madura todos los desechos de este camino muy inclinado. Es malo aquello que se elige no teniendo el corazón en paz y contra toda nuestra razón.

Lo que comienza como un simple y dulce encanto acaba, muchas veces, por convertirse en algo capaz de arrastrarnos y, en una cólera intima, herirnos en lo más hondo. Un dolor que se torna dolencia. Una tragedia. Un mal que casi siempre se disfraza de amor.

Ilusiones que viven de esperanzas seductoras, seducciones que alimentan un hambre de satisfacción, una falsa promesa de placeres que serían puros si no resultasen ser un engaño. Se satisfacen con las novedades, al mismo tiempo que disminuyen con la posesión que se va conquistando.

Una parte de las pasiones nos toman sin que nada podamos hacer sino sufrirlas, no obstante, hay también una gran cantidad de pasiones que podemos dominar, más pronto o más tarde,  con más o menos voluntad y sabiduría.

¿Qué se debe hacer para afrontar una pasión? Descubrir la verdadera raíz o darle un sentido.

Un corazón inquieto es señal de que el amor es poco.

El amor es el bien supremo. Vive fuera del tiempo y sobre  las influencias de los cambios. La verdad del amor permite revelar todos los engaños que se hacen pasar por él, siempre de forma pasajera.

El que ama, es señor de sí y nada le afecta de forma duradera. Porque solo el amor es eterno.

Quien sufre por amor auténtico, o hace de él el sentido de su dolor, ama.

El mal jamás está en el amor, pero sí en su ausencia.

El amor está siempre con los ojos abiertos y abre los ojos que la pasión cegó.

Nada lo disminuye ni debilita. Es eterno y la eternidad no lo cansa.

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