El P.
Luis, hoy nos ha dirigido unas palabras, entrañables, con 'sabor a
parroquia', disfrutó expresando cuánto le agrada su parroquia, lo
satisfecho que se siente de cómo responden los diferentes grupos
parroquiales y cofradías en su misión en la parroquia y en la
Iglesia.
Comenzó
situando la parroquia dentro de la estructura de la Iglesia, y
resaltando la importancia que tiene la parroquia en el funcionamiento
de la Iglesia, para el buen funcionamiento del entramado eclesial.
Hizo
mención y una pequeña historia de los distintos grupos
parroquiales, que 'funcionan maravillosamente', al punto que el
párroco casi no se siente imprescindible, sino un 'mero coordinador'. No es
la primera vez que le oigo decir, con total convencimiento, que la
parroquia funciona sola, que los grupos parroquiales funcionan con
una fidelidad y eficacia encomiables.
Muy bien
los grupos parroquiales, pero también su parroquia es especial,
especial en cuanto que tiene historia en San Fernando, una de las más
antiguas, y se crea en torno a la Virgen, con el título de La Divina
Pastora. Se crea en un barrio al que da nombre, y efectivamente la
parroquia es un poco 'el corazón' del barrio. Es muy bien aceptada,
a menudo visitada, y cuenta con la participación de muchos fieles
en los distintos actos que en ella se celebran. Por eso es una
parroquia 'acogedora', dijo, con un sano 'orgullo'.
Y al
final pidió a todos, como suele hacer, que contribuyamos a hacer
realidad el reino de Dios en la parroquia, en el barrio, en el
trabajo; colaborando con la parroquia, si fuera posible, pero sobre
con nuestro comportamiento diario, cada uno en su vida particular y
con los de su entorno, siendo un instrumento de pacificación,
servicial, dando ánimos también donde hagan falta.
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