viernes, 20 de octubre de 2017

Descansen en paz. 'La muerte abre paso para vivir eternamente'


La verdad es que no sabía cómo empezar hoy este post, ni tenía ganas de escribir, aunque me sentía obligado a decir unas palabras ante la ausencia inesperada de dos personas, que han recibido ayuda desde este servicio para personas sin hogar de Cáritas. Pero, encontré estas palabras en facebook: “es necesario que la vida lleve aparejada la muerte, porque, paradójicamente, es esta última la que nos abre el paso para vivir eternamente.” (www.facebook.com/joseluis.solanogutierrez.), y me puse a buscar música en youtube, y también encontré lo que buscaba : la 6ª sinfonía, 'Patética' , de Tchaikovsky. Entonces comencé a tratar de expresar el estado de ánimo en que nos encontramos los que atendemos este servicio, y yo en particular, ante el cúmulo de malas noticias recibidas en la mañana de hoy.

Me quedo, sin duda, con el sentido profundo de las palabras encontradas en facebook: 'la muerte...nos abre paso para vivir eternamente', entonces no es el final, sino el 'peaje' obligado para disfrutar de otra vida, infinitamente mejor, porque además es eterna. Y mayor sentido tendrá cuando rompe misericordiosamente  una cadena de infortunios, aunque a los demás nos deje desconcertados. Estas palabras me han ayudado a superar bastante el sentimiento de impotencia, incluso de culpa, por no haber hecho más en favor de estas dos personas. Por no haberlas atendido siempre como se merecían.

Los dos, A. y J. M., eran personas luchadoras, que buscaban rehacer sus vidas, y habían luchado denodadamente para conseguir un trabajo que les permitiera vivir con autonomía, aunque tuvieron que seguir afrontando dificultades diariamente para mantenerse. Ahora han desaparecido 'temporalmente' de entre nosotros. Cada uno se ha despedido a su manera, eran personas muy diferentes; pero si uno de ellos ha precipitado los acontecimientos, demuestra lo difícil que resulta a veces imponerse a determinadas secuelas de hábitos de vida poco sanos. En cualquier caso, los esfuerzos que llevó a cabo en el buen sentido, confiamos en que le servirán para satisfacer el peaje y pasar a disfrutar de esa vida eternamente feliz.

No terminó ahí la mañana. Nos llega la noticia de que M. que está ingresado en el hospital, por tercera o  cuarta vez en poco tiempo, no habla, no  habla con su amigo, ni con la enfermera. Entonces decidimos ir a visitarlo. Recuerdo que cuando regresábamos comentamos: 'al menos nos queda la satisfacción de haber venido a verlo.'.. Así nos consolábamos un poco del malestar que sentíamos al no haber acompañado a A. y a J.M.

M. es una persona que, hasta hace escasos días, acudía casi diariamente a cáritas, a tomarse una sopita caliente para calmar el estómago vacío y la resaca. En los últimos meses se ha ido deteriorando aceleradamente, hasta el punto de tener que ser ingresado repetidas veces en un hospital, pero él no soporta siquiera la atención hospitalaria, se va sin esperar a recibir el alta. Esta vez no lo hemos visto con la energía suficiente para abandonar por sí mismo el hospital, aunque es joven, y puede recuperarse en algún centro con la ayuda adecuada, y paciencia, mucha paciencia, para cuidar de quien no quiere cuidados, sino libertad para vivir como él quiera, pero haciéndose daño.

Hoy no me apetecía nada escribir, sin embargo lo he hecho, por hacer justicia a dos personas que han luchado, a las que hemos acompañado en algún momento de su vida, y de las que hemos recibido, sin duda, alguna enseñanza y sobre todo su agradecimiento. Amor con amor se paga. También para desearle a M. una pronta recuperación, y que se anime a poner de su parte todo lo que pueda.

1 comentario:

  1. Que difícil es acercar en lo que es más adecuado para una persona que pasa por el trance de la pobreza. No, en vano, el trato y cariño por parte de vosotros, está impreso en el alma de estos compañeros de penalidades.
    Me acuerdo de A. que luchó por sacar adelante su pequeño negocio, y aunque no lo conocí mucho, admiraba su fuerza. Me impresionó ver a A. tan grave. Lo conozco, tal vez, más que muchos por mi condición de amigo de la familia pero, mal que nos pese, tenemos que respetar su decisión.
    Yo mismo me he visto en una susituación parecida y cuando le vi creí verme en mi propio espejo.
    No os podéis sentir culpables de no poder atender a todos los acogidos pues como tú dices muchas veces, no somos Dios. Hacemos lo que esta en nuestra mano de acuerdo con nuestras posibilidades economías y humanas

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