Daniel Medina Sierra
Haz el bien sin mirar a quien, eso dice la cita. Cuando intentas proteger a tus seres queridos, amigos... ¿Realmente es bueno evitar ciertas circunstancias que sin tu intervención no tendría remedio? No se sabe, si te enfrentas a los miedos, fantasmas, enemigos de otros ¿A caso favorece en algo a tu ser querido?
Haz el bien sin mirar a quien, eso dice la cita. Cuando intentas proteger a tus seres queridos, amigos... ¿Realmente es bueno evitar ciertas circunstancias que sin tu intervención no tendría remedio? No se sabe, si te enfrentas a los miedos, fantasmas, enemigos de otros ¿A caso favorece en algo a tu ser querido?
La
experiencia, la mía, dicta parámetros de acción distintos. No puedes evitar el
sufrimiento de todos, no puedes ni debes poner la mano a todo aquel que la pida
ya que solo eres un hombre, limitado y con contradicciones.
No
puedes ser la luz que a otros ilumine, no debes ser ejemplo de nadie. ¿Qué
pasaría si tu luz se apagara, si fueses tú el perdedor, si por razonamiento
algún día eres tú quien cae? Que todos los que pusieron su fe en ti dejarían de
tenerla. Se esparcirían, buscarían otro salvador, otro líder; y qué sería de
ti.
Cuando
estás completamente solo llegas a muchas conclusiones muy curiosas. Una de las
más importantes es ser feliz solo, sí solo. Lo que te preocupaba ya no es
motivo de frustraciones y depresiones, los problemas no desaparecen, solo lo
ves con otra perspectiva.
La
ayuda a los demás y la escasa gratitud y ejemplo, ya no te frustas ni te
desanima, estas fuerte por dentro, estás seguro que tus cimientos son más
firmes.
Pero
esto, precisamente, despierta la curiosidad de muchos, que buscan la luz para
arrebatársela, personas que quieren sentirse como tú, quieren saber y llegar a
las mismas conclusiones que tú; eso sí, sin pasar por todos esos malos momentos
que han hecho de ti lo que eres hoy. ¿Quien no firmaría eso? Experiencias con
final feliz, consuelo sin desconsuelo, independencia sin pasar por la
dependencia...
¡Vaya
chollo! Todo es relativo porque nada es imposible, malos que acaban siendo
buenos y buenos que acaban siendo malos.
Dos
individuos en las mismas circunstancias actúan de distinta forma. Dos personas
son víctimas de la violencia, uno crece e imita a su maltratador, el otro en
cambio es sensible al sufrimiento ajeno.
La
decisión que tomemos es libre, esto no se adquiere acercándote a las víctimas,
la experiencia es única y si intervienes en la vida de otros, no te quepa la menor
duda de que algo mal estás haciendo ya que no es sano ni bueno ser el faro de
todos los barcos que se acerquen a tu costa.
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