Casarse es un compromiso de construcción de un proyecto a
dos. No se trata de una forma de ser feliz, sino más bien de disponerse a
luchar por la felicidad de una forma no individual. Se trata de una decisión
seria, en la cual la razón y la voluntad deben tener un papel importante.
Quien se casa por pasión se arriesga a una tragedia. La pasión
es una forma muy eficaz de que veamos las cosas como no son. Importa mucho más
que cerrar los ojos y seguir los sueños, abrirlos y ver bien lo que se tiene
delante, sin ilusiones. ¡No todo lo que es agradable a la vista satisface al
corazón! Así como tampoco todas las pasiones significan buena disposición.
Los sentimientos no son voluntades firmes. Pasan. La
pasión es poco más que momentánea; Lo que importa es lo que se mantiene, lo que
se construye para resistir al tiempo. El matrimonio es un compromiso sin fin.
En el amor, nada está garantizado, mucho menos el punto
de partida. La pasión exige que nos volvamos esclavos ciegos de los deseos y de
promesas vanas… ¡Siempre será mejor dar la mano a alguien concreto, con
virtudes y defectos, pero real!
¡Quien se casa por compasión también se arriesga a una
tragedia! La compasión hace despertar lo mejor de nosotros en ayuda del
prójimo, pero muchos se aprovechan de este sentimiento, incluso de forma
estratégica, haciéndose las víctimas que necesitan que alguien les ayude a
levantarse… pues afirman que nada de su situación es culpa suya.
El casamiento se establece en una base de igualdad. La
cooperación supone equilibrio y responsabilidad recíproca, a fin de que de las
dos imperfecciones pueda resultar algo completo. Buscando con la mayor de las
atenciones que ninguna de las dos voluntades individuales se sobreponga al
proyecto común.
El amor conyugal presupone la existencia de problemas,
errores y fracasos, pero también de la voluntad década uno de superar las
dificultades.
Es un crimen para la paz que yo pida, u obligue, al otro
a tener que resolver algo que yo podía y debía solucionar sin recurrir a nadie.
¡En la pareja , es una enorme ayuda conseguir ahorrar al otro lo que puedo
hacer solo!
Además de todo esto, usar la vulnerabilidad del otro
contra él mismo y a favor de nosotros es un egoísmo disfrazado y malicioso.
El matrimonio es un camino a dos, decidido, construido y
recorrido por los dos. No es el sueño de uno para el cual el otro solo sirve
como peso que debemos cargar.
Un matrimonio feliz es, y será siempre, el viaje más
importante de descubrimiento que nuestro interior puede emprender.
https://agencia.ecclesia.pt/…/casar-nem-por-paixao-nem-por…/
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