lunes, 13 de junio de 2016

La alegría es paz que desborda


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


La alegría es un bien que se quiere compartir. Depende de la capacidad de cada uno de nosotros de desprenderse de lo que le impide volar. Sí, el alma vuela. Exactamente. Si no la aprisionamos con preocupaciones inútiles que se deben ignorar u olvidar, aunque, a veces, con bastante sacrificio.

Solo hay alegría cuando aprendemos a no entristecernos con dolores del pasado, a seguir adelante a pesar de los obstáculos del presente y cuando tenemos más fe que ansiedad en relación al futuro de nuestros sueños… la alegría es sin tiempo, está por encima del tiempo.

Es una condición esencial del verdadero contento estar dispuesto a vencer las guerras. Interiores y exteriores. Y vencer, a veces, es sólo luchar… cualquiera que sea el resultado. La alegría supone una paz de espíritu. Sin paz, no hay alegría.

Las personas que no envidian lo que los otros poseen, y que viven contentos con lo que son, tienen paz y, por lo tanto, alegría. Al contrario de aquellas que, aún teniendo mucho, consideran que es siempre poco, porque es mayor su ambición, o avaricia, o ansia de poder…

La alegría nace de la paz, es un silencio íntimo de quien lucha en la más importante de las guerras… es la voluntad de compartir el más precioso de todos los bienes: la felicidad auténtica.

La alegría no es el entusiasmo del principio… sólo hay verdadera alegría al final.



                                             Ilustração de Carlos Ribeiro


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