domingo, 27 de noviembre de 2016

nos ha dejado con la palabra en la boca

Hoy ha muerto José María, acogido a este albergue. Descanse en Paz. Él también tenía dos llagas en sus manos, aún abiertas, se le abrieron al caerse, por su falta de equilibrio, y agarrarse a unos cristales rotos que estaban donde no debían.

También pasamos buenos ratos, porque supo llevar su enfermedad, por eso estoy seguro de que lleva buenos méritos acumulados para descansar ahora en paz y felicidad plenas.

D.E.P. José María

José María nos ha dejado con la palabra en la boca. Habías empezado a resolver tus asuntos, tu futuro, atravesado tantas dificultades, y sin embargo eras capaz de mantenerte en guardia, preparado para afrontar cada paso con la confianza de conseguir muy pronto tu estabilidad.

Pero, con esta despedida, ‘a la francesa’ y a la fuerza, sin haberlo pretendido,  quizá has encontrado antes tu estabilidad, de una sola vez y para siempre.

Yo creo que no se te puede considerar desafortunado, pues conocíamos muy bien todas tus enfermedades, y precisamente el día antes de tu despedida nos informaste de las que aún no sabíamos. Buscabas con ahínco la ‘absoluta’, una pensión que te permitiera vivir lo más dignamente posible, y por eso tenías a mano todos los informes médicos con que nos dejaste tan apabullados. Sonreías,  ante nuestras caras de sorpresa y nuestras expresiones de asombro.

Pero siempre sonreías, agradecías cada gesto, cada palabra, cada broma, como si necesitaras llenarte de afecto, como si quisieras así también calmar todas tus dolencias, o, ¿quién sabe, si ante la perspectiva de una despedida inmediata, definitiva?

Sólo Dios sabe cuando estamos maduros para irnos con Él, para siempre; sus criterios no son los nuestros, porque algunos pensarán: ‘ahora que estaba a punto de conseguirlo’... Otros, en cambio pudieran pensar, como me decía un amigo: “¿sabes?, a lo mejor voy a decir algo muy fuerte... lo envidio”.

Mi respuesta fue muy clara, no me parece nada raro, ni fuerte, ni malo. Insistía mi amigo:  “cuando has vivido situaciones límite, y aún no ves una perspectiva clara de salida del túnel de miseria y pobreza”.

Entonces yo le respondo que es perfectamente normal, que más de uno siente esa sana envidia, sin caer en la desesperación... y sigue adelante, sin pensar demasiado en cuando le llegará el momento de estar perfectamente preparado, según los criterios del Todopoderoso, Sabiduría y Bondad infinitas.


D.E.P. nuestro amigo José María. Y gracias por los buenos ratos que hemos pasado con él, por su sonrisa, por su generosidad al agradecer nuestra compañía, cada día, mientras estuvo entre nosotros.

Razón prudente, voluntad confiada


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Un pesimista no es alguien triste, no se deja llevar por las ilusiones optimistas sin fundamento. ¡Se prepara de forma prudente para lo peor, que, muchas veces y por eso mismo, no sucede!

Hay también personas que viven sin gran fe, ni siquiera en sí mismas. Cuando el pesimismo ataca la voluntad, las personas se vuelven víctimas. Se sienten fuera del mundo, sin reconocer en él su casa, ni considerarlo como responsabilidad suya. Estas víctimas voluntarias creen que el mal les viene de fuera... sin que puedan hacer nada... en una especie de renuncia de sí, que acaba por destruir la voluntad y conducir a una renuncia casi total de libertad.

Alguien cuya razón es prudente y la voluntad es confiada tiene lo que le basta para ser feliz, en cualquier circunstancia.

¡Es que alguien puede ser feliz sin pensar en todas las pérdidas que la vida te envuelve? Hay tanta gente que es tan optimista que cree pertenecer a la primera generación de inmortales de la historia de la humanidad!

El día de hoy no es nuestro destino final. Lo mejor está en el futuro, entre muchos escenarios más, que importa evitar, prevenir y combatir.

Ser humano es ser causa. Ser protagonista de su propia vida en un mundo que es también cosa suya. Con base en una atenta lucidez, no en optimismos huecos, a la que se debe aliar una voluntad paciente, valiente y diligente. Una fe hace frente a los miedos sin fingir que ellos no existen o que desaparecerán por cualquier milagro. Es este coraje de pocos el que abre camino a muchos.

Cuando el corazón está agitado es incapaz de silencio, no tiene paz, ni descanso tampoco... es esencial que encontremos los caminos por los cuales  podemos librarnos de las impurezas que nos manchan, de las sombras que nos ciegan, de los egoísmos que nos empobrecen y de los orgullos que nos debilitan.

Podemos llorar lejos de las miradas del mundo, pero las lágrimas son siempre señal de un amor firme que se dirige a alguien concreto.

                                                          (ilustração de Carlos Ribeiro)


http://rr.sapo.pt/artigo/69470/razao_prudente_vontade_confiante

sábado, 19 de noviembre de 2016

Corazones bellos con fea apariencia


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Hay personas que tienen un corazón muy sensible, que desborda sentimientos, bajo una fría y dura capa superficial.

Este escudo protector se debe a la necesidad de preservar lo que otrora fue violentado. Las heridas de los golpes pasados pueden curar, pero quedan a la vista, marcan el cuerpo... estas, sin embargo, son solo señales de otras mayores –escondidas en lo íntimo.

La paz que buscamos no está aquí ni allí, en un tiempo o en un lugar determinados. Resulta de un encuentro que cada uno de nosotros debe hacer con el otro –dentro de sí mismo. La paz que buscamos en el caos del mundo está en nosotros.

Esta paz sublime nace del amor, que es el camino para una vida verdadera.

La belleza exterior no es una señal fiel de lo que pasa en el interior. ¡Cuánta bondad se esconde tras feas apariencias! Por eso mismo, tal vez haya siempre algo tan extraño cuan íntimo en los rostros más tristes, cerrados, fríos y distantes de las personas en quien nuestra mirada se posa.
Las personas más emotivas se esconden, muchas veces, bajo capa de insensibilidad. Lo que nos hace sufrir nos marca. Pero es el dolor lo que nos engrandece el corazón. No por eso, sino porque nos hace luchar con más vigor por el bien.

No somos el dolor que sentimos, somos el sentido que le damos.



(ilustração de Carlos Ribeiro)

http://rr.sapo.pt/artigo/68899/belos_coracoes_com_feias_aparencias

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Expulsados del parque natural


 “El Señor es mi Pastor, nada me falta, en verdes praderas me hace reposar; me conduce hacia fuentes tranquilas, repara mis fuerzas...”

Pusieron su nido en medio del parque natural, en una salina abandonada, como cualquier pareja migratoria encuentra su sitio, el más adecuado para instalarse y cumplir con la misión que la misma naturaleza les encomienda: vivir, desarrollarse y crecer; en su caso para facilitar la vida, ofrecer descanso y dar la oportunidad de reponer fuerzas a otros peregrinos...

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo, tu vara y cayado me sosiegan...”

Pero las leyes humanas que protegen el parque natural son inflexibles e inhumanas, sólo protegen a los animales, a una pareja humana la expulsan del paraíso que se había creado, que les daba cobijo, alimento y además ofrecía refugio y descanso a cualquiera que acertara a pasar por allí. No son como los animales, que por instinto defienden su nido y su territorio, su casa era casa de acogida y descanso para animales y humanos, caminantes con destinos diferentes que necesitan hacer un alto en el camino.

La fuerza judicial y policial  los expulsó, en el acto, intempestivamente, sin tregua para poder  llevar consigo sus enseres, y alguna ropa de abrigo para afrontar aquella noche fría, ya que tendrían que dormir al sereno, vigilantes, pegados a los muros de su casa, donde quedaban encerrados y precintados sus animales y sus pertenencias...

Preparas una mesa delante de mis enemigos, unges mi cabeza, mi copa rebosa". 

Pero, Dios escribe derecho con renglones torcidos, dicen los que saben. En su divina providencia, Dios mismo, a veces, nos mueve y nos zarandea, como en este caso hizo en la pareja expulsada,  para que encontrara otras soluciones mejores, para que acertaran con la puerta a donde habían de llamar, donde les abrirían y estarían dispuestos a echarles una mano.

Por eso ahora, esta pareja de excluidos sociales,  expulsados del parque natural que ocupaban tan respetuosamente, y hasta devotamente, pueden disfrutar de una vivienda digna, en un medio aún mejor que el que habitaban. Ha sido el resultado de una confluencia de esfuerzos y buenas voluntades, de tenacidad y de fe.

Ya sólo falta que dispongan lo antes posible de recursos suficientes para ser autónomos completamente, porque seguro que seguirán siendo tan agradecidos  y generosos como en l0 eran en la escasez, son gente muy probada.

Hoy día queremos arreglarlo todo con un clic,  y del mismo modo queremos que nadie sufra necesidad alguna, ni siquiera la mínima... No quisiera parecer conformista, todo lo contrario, pero creo que el ser humano es imprevisible, siempre habrá personas tan diferentes que no es posible encuadrarlas, ‘enjaularlas’; incluso están aquellas que ‘no necesitan’ de la caridad o ayuda ajenas, capaces de sufrir las consecuencias de su forma personal y original de ver la vida, sin culpar a nadie más que a sí mismos, ni tener mucho que agradecer a casi nadie...

Debemos respetarlas a todas tal cual son, sin prejuicios, lo cual no quiere decir que no debamos prever y  atender lo mejor posible a cualquier ser humano, sea cual sea su forma de pensar y de vivir, disponer de albergues suficientes y dignos, comedores sociales bien situados, asequibles para que no tengan que desplazarse a lugares incómodos y alejados. La crisis crónica, las leyes de género, el disfrute de algunos derechos en perjuicio de terceros u otros más débiles, las múltiples adicciones...,  están provocando un número excesivo de personas sin hogar, muchas de las cuales no calculan o no piensan que pueden caer en la exclusión social, por eso les va a resultar mucho más difícil soportar las condiciones de vida como excluidos sociales...

"Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida...”

Hoy, más que nunca hacen falta personas capaces de acoger y ayudar, porque son muchas las personas que necesitan ayuda, material y afectiva, o sencillamente que sepan escuchar. OM



martes, 15 de noviembre de 2016

LOS SANTOS


Pablo Garrido Sánchez

Llevamos algún tiempo procurando hacer asequible la santidad dentro de nuestra Iglesia Católica, y ciertamente algún objetivo se va consiguiendo. Desde el Concilio Vaticano II a esta parte, se propone una amplia socialización de la santidad al cobrar un nuevo protagonismo el laicado. La sociedad moderna aumenta cada día su pluralidad y las aplicaciones pastorales no abarcan la diversidad existente, y se procura la acción de los laicos como la tarea de encarnación de la Fe en cada ambiente o segmento social. Pero el laico debe ser santo, se dice, para que su actividad sea fructífera. No obstante, la santidad es un atributo que nos parece reservado a una cierta elite. Se establece una ecuación: a mayor santidad más eficacia  evangelizadora, con lo que se pueden extraer unas conclusiones preocupantes si no analizamos con prudencia.

¿Quién es un santo? Se puede responder con brevedad: es el fiel santificado. Pudiera parecer que en la respuesta no nos hemos movido del sitio con respecto a los términos de la pregunta, pero no ocurre tal cosa. Primero decimos que el santo es un fiel, es decir, una persona de Fe, que ha de ser santificada, por lo que la santidad no reside en la persona misma. Y es preciso añadir, que  la santificación es un proceso renovador con carácter permanente. A DIOS le basta un instante para elevar a una persona a las cumbres más altas de la espiritualidad, pero  el proceso vital  normal es mucho más lento y gradual. Menos mal que la Escritura nos habla de multitudes alrededor del trono de DIOS, que nadie es capaz contar (Cf. Ap 7 -9 ), porque  tendemos a reducir, seleccionar y excluir, al sentirnos un poco más perfectos y elegidos, con lo que se resquebraja un tanto la propia santidad.

Nuestra Iglesia Católica establece dos grandes vías para alcanzar esa santidad que en determinado momento es propuesta como ejemplo para toda la Iglesia, y para toda la humanidad; esas dos grandes vías son: la práctica de un conjunto de virtudes cristianas en grado heroico y la muerte martirial, en la que la persona muere confesando a JESUCRISTO y perdonando a sus verdugos. En este último caso los hechos anteriores de su vida cobran menos relieve, pues se considera, y parece plausible, que  se muere en la paz del SEÑOR por una gracia extraordinaria que se otorga a los que el SEÑOR mismo santifica. Si la muerte es santa no cabe la más mínima duda que tras la muerte se entra  de manera directa en la esfera de la santidad y contemplación de DIOS como le ocurrió al buen ladrón (Cf Lc 23, 42-43 ). A veces la imprecisión del lenguaje requiere realizar alguna consideración: no existe ningún robo que encierre una bondad intrínseca, lo mismo que no existe un ladrón bueno; en todo caso podemos asistir a un ladrón arrepentido que es santificado por la infinita misericordia de DIOS. ¿Qué hizo este hombre antes de morir para recibir esa gracia que supera todo lo imaginable?: reconocer a JESÚS como su SALVADOR, “acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”. Y JESÚS le dice: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23, 43)

Puede ser que ahora nos encontremos en mejor disposición para entender en qué consiste la santidad. El concepto de santidad cristiana, teniendo en cuenta lo anterior, empieza a definirse. ¿Es suficiente ejercitar un alto número de virtudes para ser santo? Caben algunas matizaciones: se da el caso de personas no creyentes y poco creyentes que muestran un alto grado de comportamiento ético, y si les preguntásemos si se sienten santas contestarían con cierta indiferencia. Para catalogar la santidad de alguien, la Iglesia precisa de examinar el comportamiento de manera simultánea en dos dimensiones: el ejercicio de las virtudes como el fruto de la acción de JESUCRISTO mismo en esa persona. El campo de influencia en el que se desenvuelve la santidad queda redefinido en el Nuevo Testamento, si antes se decía “seréis santos, porque YO, YAHVEH, soy santo” (Lv.19-2  ); ahora la santidad cristiana establece el amor a JESUCRISTO y la inhabitación trinitaria para que la santidad sea un hecho (Cf Jn 14, 15 y 16). JESUCRISTO es el tesoro escondido, la perla de gran valor  (Cf Mt 13,44-46); que  establece el Reino en nuestro interior por la acción del ESPÍRITU SANTO (Cf Lc 17,21). De esa forma DIOS deja de estar aquí o allí, y se le puede adorar en cualquier lugar (Cf Jn 4,23), porque el creyente en JESUCRISTO se ha vuelto templo de DIOS por el ESPÍRITU (Cf 1Cor 3,16-17).

¿Los creyentes de otras confesiones cristianas pueden alcanzar la santidad? Los católicos hemos tenido grandes dificultades en admitir una respuesta afirmativa; y sin duda, hoy, algunas personas seguirán ofreciendo distintas objeción. Los españoles tenemos un escaso campo de ejercicio ecuménico. Es posible que cerca de donde vivimos esté implantada otra confesión cristiana, pero nos ignoramos mutuamente, pues cada uno en su confesión se cree superior.  El ecumenismo es para nosotros algo exótico y en absoluto vivencial. Esta y otras razones dificultan la consideración de otros hermanos cristianos con posibilidades de perfección y santidad.

La Iglesia Ortodoxa oriental ofrece culto a sus santos, entre los que se encuentran algunos comunes con la Iglesia Católica, que son aquellos anteriores a la ruptura en el mil cincuenta y cuatro, como san Atanasio una de las figuras más importantes a la hora de definir la doctrina sobre JESUCRISTO y la TRINIDAD. Pero el santoral de la Iglesia Ortodoxa cuenta con místicos del nivel de san Serafín de Sarov o de Andréi Rubliov, autor de los iconos más representativos sobre la TRINIDAD.

Hablar de la santidad sin concretarla en personas resulta un discurso abstracto y un tanto estéril, y si lo establecemos de modo directo hacia las personas podremos decir algo, pero nos desborda el misterio. La santidad es una obra de DIOS en el hombre, y esta acción siempre  está revestida por el misterio mismo de DIOS. Cuando se murió santa Teresita de Lisieux, alguna de sus hermanas en religión opinaba, que de Teresita nadie volvería hablar; y como bien sabemos la cosa  no ha sido así. ¿Quién sabe lo que la Gracia va realizando en el corazón de la persona? ¿Quién puede determinar lo cerca que está de DIOS una persona?  Nuestra Iglesia Católica sólo establece el canon de la santidad para algunas personas que de forma notoria se hayan manifestado como testigos de JESUCRISTO, pero sigue habiendo mucha Gracia oculta y silenciosa que sólo es reconocible por los circuitos de la adoración, expiación y servicio fraterno, y esta trama de Gracia invisible solo está presente de manera exclusiva para DIOS.

            



Entre Sueño y Sueño

 Fernando Pessoa

Entre o sono e sonho,
Entre mim e o que em mim
É o quem eu me suponho
Corre um rio sem fim.

Passou por outras margens,
Diversas mais além,
Naquelas várias viagens
Que todo o rio tem.

Chegou onde hoje habito
A casa que hoje sou.
Passa, se eu me medito;
Se desperto, passou.

E quem me sinto e morre
No que me liga a mim
Dorme onde o rio corre —
Esse rio sem fim.

Entre sueño y sueño,
Entre yo y lo que en mí
Es quien yo supongo
Corre un río sin fin.

Pasó por otros márgenes,
Diferentes más allá,
En aquellos otros viajes
Que todo río tiene.

Llegó donde yo habito
La casa que hoy soy.
Pasa, si yo medito;
Si despierto, pasó.

Y quien me siento y muere
En lo que me une a mí
Duerme donde el río corre-
Ese río sin fin.

Fernando Pessoa, in "Cancioneiro"
Tema(s): Alma  Sonho  Sono Ler outros poemas de Fernando Pessoa 

domingo, 13 de noviembre de 2016

La importancia de un corazón no dividido


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Cuando el silencio invita a la contemplación... es tiempo de recorrer de forma atenta nuestras elecciones. De entre todas, merece un análisis detenido y valiente aquello que escogemos sonando.

Una de las mayores fuentes de sufrimiento resulta de la brutal y cruda confrontación entre los deseos y la realidad.

El que desea lo imposible está, desde luego, decidiéndose por una inevitable frustración a corto plazo. Es importante saber soñar, con la cabeza en las nubes, mas con los pies en la tierra. Sin una conciencia clara de la realidad, no hay sueño que se consiga cumplir.

Para alcanzar cualquier objetivo es fundamental saber bien de donde parte y  qué hacer  para seguir en dirección a lo que se desea. Quien espera que los sueños se realicen sin responsabilizarse con rigor en su consecución, sin arriesgarse, no debe esperar sino desesperación...

Es esencial mantener un corazón íntegro. Sin crear vicios que lo rompan, dividan y debiliten.

Hay quien desea todo lo que ve. Algunos hasta desean lo que saben que después tendrán el placer de rechazarlo.

Quien tiene un corazón entero nunca está solo. Quien se entrega a deseos que solo provocan ansias aún mayores, se entrega a las promesas de todo cuanto existe y no existe. Pero la vida no es así. Cada uno de nosotros es llamado a crear las condiciones para que se concrete lo que pretende, a comprometerse en la creación activa del mundo que quiere para sí.

Quien trata de convencerse a sí mismo de aquello que sabe que es mentira, se destruye.

Para llegar a alcanzar lo que deseamos no debemos perder tiempo en hablar de eso. Sólo con fe, coraje y paciencia conseguimos liberarnos de las fantasías que nos adormecen –sin dejar de soñar.


(ilustração de Carlos Ribeiro)



http://rr.sapo.pt/artigo/68315/a_importancia_de_um_coracao_nao_dividido

jueves, 10 de noviembre de 2016

Presagio




Miguel Torga

https://www.facebook.com/Miguel-Torga-A-Cria%C3%A7%C3%A3o-do-Mundo-231708357028803/?hc_ref=NEWSFEED&fref=nf

PRENÚNCIO

Na tarde calma, ondula
A invisível ramagem dum poema.
Uma secreta brisa,
Que apenas se adivinha,
Percorre o mundo íntimo das coisas
E acorda em sobressalto
As folhas do silêncio.
Falta ainda o poeta…
Mas a evidência
Da sua voz
É como a luz do sol quando amanhece:
De tão branca, parece
Que descora a ilusão da madrugada…
Antes ele não viesse,
E em cada solidão se mantivesse
Esta bruma de música sonhada.

Diário VII
Gerês, 27 de Agosto de 1958.



En la tarde calma y ondulada
El invisible ramaje de un poema.
Una secreta brisa,
Que apenas se adivina,
Recorre el mundo íntimo de las cosas
Y despierta en sobresalto
Las hojas del silencio.

Falta aún el poeta...
Pero la evidencia
De su voz
Es como la luz del sol cuando amanece:
Que decora la ilusión de la madrugada...
Hasta que el no viniese,
Y en cada soledad se mantuviese
Esta bruma de música soñada.

Diário VII
Gerês, 27 de Agosto de 1958.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Hoy no voy a desistir

JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Hoy no es el día en que voy a desistir. Ayer no desistí y hoy tampoco voy a desertar.

Hay momentos en la vida en que es esencial dejar todo lo que no importa del pasado y fijarnos solo en lo que tiene valor.

El camino de cada uno de nosotros debe ser soñado y construido en lo oscuro... rumbo a la luz que no se ve, pero que se tiene la certeza de que existe, pues no hay sombra sin luz.

Todos tenemos muchas montañas para subir y estrellas donde agarrarnos, pero es siempre bueno tener presente todos los caminos que ya recorrimos, los adversarios contra los cuales luchamos en todas las adversidades que, a pesar de haber dado más fuerza a nuestros miedos, aún no consiguieron derrotarnos.

Somos libres, pero responsables para asumir las consecuencias de nuestras elecciones. Una elección cobarde nos vuelve cobardes. Una elección valiente nos hace  a nosotros valientes y nos da más fuerza.

A veces es preciso arriesgar, dar un paso adelante por donde no hay suelo firme... Si el camino es por ahí, entonces será solo por ahí por donde debemos ir. Mirar adelante y no hacia abajo. Lo mismo si caemos, porque nosotros no somos del abismo, sino del cielo.

Ser amigo es cuidar de quien está atravesando un mal momento. Amar a quien está necesitando cuidado, no a quien nos puede devolver el doble... eso es inversión, negocio, pero no es amor.

Mantener un corazón sensible en un mundo cruel es algo heroico. No es una flaqueza, sino más bien una señal de la más bella y fuerte de las fuerzas nos anima.

Puede incluso suceder que alguien desista de mí, pero no yo.

Sé, con certeza, que voy a estar bien... ¡aunque no sea precisamente hoy!

(ilustração de Carlos Ribeiro)


http://rr.sapo.pt/artigo/67707/hoje_nao

martes, 1 de noviembre de 2016

ORIENTAR HACIA JESÚS


 Pablo Garrido Sánchez

En las últimas décadas, los documentos oficiales de la Iglesia insisten en la urgencia evangelizadora con documentos tan importantes como “Evangelii nuntiandi” de Pablo VI, “Redemptoris missio” de Juan Pablo II o “Evangelii gaudium” del papa Francisco, sin perder de vista el conjunto de los documentos del Concilio Vaticano II. El olvido es un grave problema y hace que parezcan  lejanos aquellos años de inicios de los sesenta, en los que  se produjo para la Iglesia y para el mundo un acontecimiento de la magnitud de este concilio. Se puso de relieve que la Iglesia tenía  que abrirse al mundo para anunciar de forma nueva a JESUCRISTO, de ahí el carácter pastoral del concilio; y cada uno de los  documentos indica los sectores prioritarios a los que se ha de dirigir la tarea evangelizadora. Aunque cualquier documento oficial de la Iglesia parece que habla de forma general, no podemos pasar por alto la aplicación personal.

Con esta  mirada la evangelización debe tener en cuenta que JESÚS de Nazaret, muerto y resucitado, es el SALVADOR de todos los pueblos; manteniendo una mirada positiva sobre el hombre y las realizaciones sociales. La comunidad eclesial en la que estamos incluidos celebra la presencia de JESÚS resucitado en una liturgia asociada a la liturgia de los bienaventurados en los cielos; la palabra que un día se hizo carne (Cf. Jn 1,14)  tiene que seguir alimentando al mundo a través de nuestro anuncio: es necesario integrar y crear lazos de unidad entre todos los hombres de otras religiones y de forma especial con otros cristianos no católicos y  con los hermanos de religión judía. El concilio se preocupó de señalar la importancia de los medios de comunicación y de los sistemas de enseñanza para favorecer el anuncio evangelizador. En general, cualquier ámbito de la actuación humana es objetivo a tener en cuenta en la acción evangelizadora.

Debemos actuar guiados por el discernimiento como nos insiste el papa Francisco; y para ello necesitamos criterios que ofrezcan fiabilidad manteniendo como  principio fundamental  la misericordia divina: “No he venido  a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Lc 19,10 ). Las anteriores pinceladas generales referidas a los contenidos de los documentos del Concilio Vaticano II las debemos tener en cuenta y comprobar si nuestras actitudes van acordes con estas grandes líneas de actuación. No sólo el miedo o los respetos humanos bloquean la iniciativa evangelizadora, sino también los prejuicios sobre los demás que son diferentes, pero hijos de DIOS como nosotros. Es cierto que algunos prejuicios están asentados con el ánimo de velar por la ortodoxia de la fe o de la doctrina. ¿Hemos asumido el ecumenismo propuesto por el Concilio Vaticano II como actitud personal?, o ¿tenemos reparos a la hora de compartir experiencias de fe con otros hermanos cristianos? Evangelizar no es hacer proselitismo: ¿tenemos reticencias a la hora de acercarnos a personas de otros credos o de posturas ateas?

Vamos a ver cómo resolvemos  algunas cuestiones problemáticas, que ponen de relieve nuestras consideraciones previas.

El caso puede ser este: Un sacerdote católico es eliminado por el régimen nazi, en Alemania, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, por impartir catequesis; y un pastor luterano corre la misma suerte por el mismo motivo. Los dos mueren por constituirse en testigos de JESUCRISTO; ¿cuál de los dos es más santo? Bien sabemos que en nuestra Iglesia elevaremos a los alteres al primero y olvidaremos al segundo, pero ante el SEÑOR, ¿quién es más santo?

Otro caso real, este con nombres y apellidos. Edith Stein, monja carmelita de origen judío, filósofa, que encuentra en los escritos de santa Teresa de Ávila lo que andaba buscando y es conducida a las cámaras de gas en el extermino de los judíos por parte del nazismo. Hoy Edith Stein está felizmente canonizada.  En paralelo, Dietrich Bonhoeffer, teólogo alemán, luterano, encabezó un movimiento de resistencia al nazismo y finalmente fue ahorcado en el campo de concentración de Flossenbürg, Alemania. El doctor del campo, testigo de la ejecución, anotó “se arrodillo a orar antes de subir los escalones del cadalso, valiente y sereno. En los cincuenta años que he trabajado como doctor nunca vi morir un hombre tan entregado a la voluntad de DIOS”. Este último, por supuesto, no está canonizado en nuestra Iglesia Católica; pero,¿ se le podría considerar santo, o un gran santo?

Conviene revisar las censuras que albergamos en nuestro interior, pues debemos mantener la propia identidad pero al mismo tiempo establecer lazos verdaderamente fraternos. No olvidemos que la evangelización es un proceso de ósmosis  que opera en la relación personal, es decir, se evangeliza  persona  a persona (Cf Lc 19,5). El proceso físico de la ósmosis no deja de ser una metáfora, pero veamos en qué consiste: dos substancias de distinta concentración separadas por una  barrera permeable llegan a adquirir el mismo nivel de concentración. Somos permeables cuando las barreras personales desaparecen, y entonces trasladamos algo de lo que tenemos a los demás. Si somos “teóforos” o cristóforos”, esto es “portadores de CRISTO” contagiaremos su presencia.

Para terminar y ser más operativos, una recomendación. En la Evangelii Gaudium” nos ofrece el papa Francisco una oración que puede resultar un factor de anuncio evangélico muy potente, que transcribo a continuación:
“Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con JESUCRISTO o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por ÉL, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque nadie queda excluido de la alegría reportada por el SEÑOR. Al que arriesga, el SEÑOR no lo defrauda, y, cuando alguien da un pequeño paso hacia JESÚS, descubre que ÉL ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Este es el momento para decirle a JESUCRISTO: “SEÑOR, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, SEÑOR, acéptame una vez más entre tus brazos redentores”.

Después de hablar con una persona le podemos ofrecer este texto, que previamente hemos fotocopiado e incluso plastificado, indicando a que lo lea con detenimiento en silencio y a solas. Este es un pequeño tesoro o gran tesoro que nos deja el papa Francisco en la exhortación “Evangelii gaudium” y se puede quedar olvidado. La evangelización se realiza persona a persona.