jueves, 4 de agosto de 2016

Procrastinación


VALE VILLA

Es psicoterapeuta sistémica y narrativa. Se dedica a la consulta privada y a dar conferencias sobre bienestar emocional. Twitter: @valevillag Mail: valevilla@gmail.com


La procrastinación es el hábito neurótico que lleva a posponer lo importante, por miedo a fracasar o por una falsa idea de que al darse un respiro o un descanso, se recuperan fuerzas y motivación para continuar con lo pendiente. El momento de retomar y concluir para quien procrastina llega muy tarde, casi siempre obligado por una fecha límite de entrega y con un grado de ansiedad alto.

Una vida de cumplimiento total y puntual quizá no es una aspiración realista, pero sí es posible identificar unos cuantos asuntos relevantes que no deberían posponerse. Otro problema radica en no saber cómo identificar las prioridades y entregar la energía a lo secundario. Por lo general, las personas creen que lo más urgente tiene que ver con el trabajo y el dinero, sin considerar siquiera que el cuidado de la salud física y mental debería ocupar el lugar más alto en la jerarquía de lo importante. Cuántas historias hay de gente que se descuidó dedicándose a trabajar sin pausa, que después de un diagnóstico terrible lamenta no haber atendido a tiempo ese dolor con el que se acostumbró a vivir. 

Hacer una lista de actividades que pueda llevarse a cualquier lado como recordatorio puede ser buena estrategia. El automonitoreo al final del día para evaluar el cumplimiento de las actividades y para planear las del día siguiente, también es útil. 

Varios estudios sobre procrastinación coinciden en la importancia de tener una casa ordenada que dé una sensación de limpieza y claridad. Es mucho más difícil planear en medio del caos: Espacio limpio y ordenado, mente limpia y ordenada. 

La parte complicada es darse cuenta de la tendencia a desviarse de lo importante distrayéndose en actividades intrascendentes como ver televisión, revisar páginas de Internet, leer revistas, hablar por teléfono, mensajear, interactuar o husmear las vidas ajenas en las redes sociales.

Ayuda también tener horarios fijos para las tareas. Sin plan ni estructura, la claridad de en qué momentos y con qué cosas se procrastina difícilmente llegará. La consistencia es la cualidad más importante para combatir el mal hábito de posponer lo importante. En estados emocionales de inestabilidad, es mucho más complicado apegarse a las rutinas y hacer lo que debe hacerse, más allá de la motivación. Pelearse todos los días con lo que su vida le exige, es una actitud agotadora. Todo eso que deja para después se va acumulando en forma de preocupaciones y angustia que se vuelve un lastre que no lo deja avanzar. Usted sabe que le está dando la vuelta a terminar la tesis, a arreglar el coche que lleva 6 meses fallando y dejándolo tirado, a ver a su ginecóloga que le pidió estudios que no se ha hecho, a concretar un proyecto que simboliza en parte sus sueños profesionales, a abrir el fondo de retiro cueste lo que cueste. Y también sabe que en parte, por eso duerme mal, tiene migraña, pesadillas, trastornos digestivos o trastornos de la vida afectiva. No enfrentar ni solucionar lo importante, es una de las causas de enfermedad física y mental.

Aquí algunas preguntas que pueden ser de utilidad para saber qué tanto procrastina (basadas en el cuestionario de Bill Knauss): 

1. ¿La procrastinación le es familiar? 
2. ¿Tiene obligaciones que no está cumpliendo? 
3. ¿Deja de lado prioridades porque atenderlas es incómodo?
4. ¿Se dice a sí mismo que después es el mejor momento para empezar algo? 
5. ¿Empieza cosas y no las termina? 
6. ¿Es impuntual? 
7. ¿Se las arregla para extender las fechas de entrega de su trabajo? 
8. ¿Pospone las decisiones difíciles? 
8. ¿Busca excusas para explicar sus retrasos? 
9. ¿El pesimismo es causa de sus retrasos? 
10. ¿Sus dudas y miedos le impiden actuar?

Es necesario establecer fechas límite para desarrollar el hábito de cumplir. Por ejemplo, programando a un mes el arreglo de los desperfectos más importantes de su casa, o poner en la agenda todas las citas pendientes con doctores, contador, clientes potenciales o amigos que hace siglos no ve. Tampoco puede descartar que su hábito neurótico de posponer lo importante, sea síntoma de una depresión. 


Vale Villa es psicoterapeuta sistémica y narrativa. Se dedica a la consulta privada y a dar conferencias sobre bienestar emocional.


Twitter: 
@valevillag

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