miércoles, 27 de enero de 2016

Hay leyes que irritan…


Hay leyes que irritan y desesperan, incluso pueden llevar a querer eliminar a quien es la primera causa del atropello judicial que se padece.

La llamada violencia de género, está muy mal llamada de este modo, pues establece una desigualdad entre los géneros que anteriormente no existía, ni ante la ley ni ante Dios, estaban unidos en la categoría superior de ‘ser humano’, y, si me dejan, me atrevo a decir que primero son igualmente hijos de Dios los dos, el cual no nos juzga según el sexo ni el género.

Está concebida en cambio, como una estratagema  para provocar más violencia,  socavando los cimientos que la ‘vieja’ sociedad tiene en la familia tradicional;  rompiendo con el ‘anticuado’ concepto de hombre para adaptarlo a una realidad nueva, adornada con adjetivos como progresista, ecológica. Pero no logra crear nada, porque no es real sino convencional, mera ideología.

Los resultados de dichas leyes son nefastos, pues la ´’violencia de género’ se ha vuelto cotidiana, cada día las noticias abren con un nuevo caso de ‘violencia doméstica o de género’, con casos cada vez más truculentos. También provoca un choque de mentalidades irreconciliable, no se puede dialogar con quien trata de  imponer su criterio a los demás, incluso utiliza la escuela para transmitir su ideología, dando por válidos conceptos no probados y que un  niño no pueda llegar a comprender ni valorar.

Nadie pone remedio a tanto despropósito, es más, cada día el ciudadano responsable y moderado se siente más desprotegido por la administración, por la justicia;  la desconfianza hacia los representantes políticos aumenta cada día. Una política ‘valiente’, en campaña electoral,  se atrevió a criticar, e incluso prometió ajustar el término a la falta, sin distinción de sexo, pero ante las críticas de las izquierdas y los progres, que ya están en todos los partidos políticos, no fue capaz de mantener su promesa.

Y así seguimos, igual, o sea, sin esperanza de cambio. Los cambios que nos prometen y el progreso que se nos quiere vender, es falso, como es falsa cada vez más la sociedad que estamos creando, unos activamente e interesadamente, y otros permitiendo que lo hagan, por comodidad e ignorancia.

Estamos demasiado entretenidos con las nuevas tecnologías, las cuales simplifican su manejo para que puedan ser manipuladas por todos, incluidos los más torpes o perezosos; con solo apretar un botón cualquiera  puede obtener varias opciones o servicios; esto puede llevar a muchos a creer que la vida es demasiado fácil, que cuanto menos piense, más tiempo tiene para ‘disfrutar’ de todos esos  productos que aparecen en las múltiples pantallas, en cualquier momento del día y de la noche.
Para muchos ya no existen espacio ni tiempo vacíos para llenarlos por sí mismo, disfrutando se su intimidad, con absoluta originalidad, discretamente, lejos de los focos y las cámaras, de la mirada ajena acechante y dispuesta a opinar de todo lo que ve, de lo que entiende y de lo que no sabe.

Algunos se han empeñado en dar nuevo nombre a la creación y a las relaciones humanas, como nuevos ‘adanes’, pero sin el visto bueno del Altísimo, más aún, en rebeldía total, prometiendo el cielo en la tierra. Dios nos quita los placeres, nos dicen, y que solo ellos nos los pueden devolver, si somos capaces de renunciar a nosotros mismos y asumimos sus postulados y creencias.

Empezaron en las escuelas, para que nos acostumbráramos desde niños a llamar al recreo por ejemplo con un nombre tan estúpido y pedante como ‘segmento lúdico’. No digamos las notas, a partir de ahora no hay un ‘niño tonto’ (dicho con el mayor  cariño y aprecio por las criaturas humanas): ‘progresa adecuadamente’, ‘adaptación curricular’, por mencionar algunos cambios, que en demasiados casos no  consiguen los objetivos programados, pero sí sirven para menospreciar a los que por naturaleza son más inteligentes y destacan del resto.

El fanatismo ideológico llegó hasta el extremo de imponer un ‘falso concepto de igualdad’… ¡¡¡ en aplicación del principio marxista del ‘odio de clases’ a las aulas donde se forman los niños de todos!!!..., para que de mayores  no sean ambiciosos, ni se les ocurra ser ricos, y en nada diferentes unos de otros… ¡¡¡Menudo uniforme!!! Este no es el austero ‘uniforme mao’, o el mono obrero, que igualan el aspecto exterior de los ciudadanos, es una mentalidad uniforme, sin criterio propio, sin libertad para ser bueno o malo, para pensar de una manera u otra…

La verdad es que la realidad es tozuda y cuesta admitir ciertas denominaciones nuevas de las cosas así como de las relaciones humanas y sociales. Aquí es donde más eufemismos y neologismos se han implantado, y a muchos su dominio les ha abierto las puertas de empleos y puestos de relevancia social, haciendo de altavoces, que a veces, incluso sin pretenderlo, contribuyen de una manera sutil y convincente a la difusión universal del falso progresismo-relativista, alcanzando a todos los niveles sociales y a todo el mundo.  
  

Por eso estamos ya tan cansados, tan hartos, no entendemos nada de nada, ni de política, ni de sociedad, ni de educación, no digamos ya de religión. En cambio, sólo se puede amar lo que se conoce y se conoce bien. ¡¡¡Cómo vamos a amarnos y respetarnos en una sociedad que ha consentido la demolición de sus cimientos históricos, culturales y religiosos!!!

domingo, 24 de enero de 2016

Sembrar en la tierra y en el cielo



                                                           Ilustração de Carlos Ribeiro (Inspirart)


Sólo somos una ínfima parte de todo. Recogemos lo que no sembramos y debemos sembrar lo que no recogeremos. La vida es así. Inmensa, pero intensa.

El que se cree el centro y señor de todo no pasa de ser un tonto sin noción de lo que es la existencia. No es mío lo que me llega de forma gratuita, porque sólo es mío lo que yo fuera capaz de dar. Las riquezas que damos son las únicas que tendremos para siempre.

Este tiempo nuestro es breve. Muy breve. Es importante e inteligente que se haga lo que se tiene que hacer, sin mucha demora. Si hay que hacerlo, entonces que se haga luego. Al final, no nos demoraremos aquí por mucho tiempo.

Compartimos el mundo unos con otros. La mayor parte de las bellezas son fugaces. La única belleza que importa es la de hacer bien las cosas, sin llamar la atención; no se puede esconder, pero  hace el trabajo debido de manera sencilla, determinada, a veces con muchas dudas e inseguridad, pero… lo hace. Sin otro beneficio sino el saber que hizo lo que debía.

¿Si no sabemos quien plantó lo que recogemos, qué diferencia habrá en que desconoceremos quien recogerá lo que podamos sembrar?

No le va a preocupar a Quien esparció las estrellas si alguien sacará o no provecho de tan sublime belleza…

Debemos sembrar sin preocupación alguna respecto de quien recogerá los frutos de nuestra bondad.

El Reino de la realidad

Publicado por 

en http://longinos-opinionesdeunconverso.blogspot.com.es/2015/11/el-reino-de-la-realidad.html

El Reino de la realidad

"TODO EL QUE ES DE LA VERDAD ESCUCHA MI VOZ" 
- Cristo a Pilatos (Evangelio según san Juan 37,2)


 El Reino de Dios está ya entre nosotros. Es el reino de la verdad y la justicia, es más: es el reino de la realidad. Es el Reino de todos los que escuchan la verdad, la proclaman y viven en ella. No nos damos cuenta, pero mucho de lo que vemos a nuestro alrededor no es nada, es como ceniza; basta un soplo para dispersarla y que quede al descubierto la verdadera realidad de oro puro que apenas vemos.

  YO  
 LA REALIDAD

 En el juicio a Jesucristo había mucho griterío, mucha confusión; Roma afirmaba su poder con un juez injusto, los judíos el suyo con una estrategia falsa. En medio, un hombre al que quieren matar con el engaño de que es una amenaza para la autoridad imperial. Nada de eso es verdad, nada responde a la realidad, todo es paja que arrebata el viento. Debajo, el grano es el Hijo de Dios entregándose por amor, diciendo la verdad sobre Sí mismo. Es la mujer de Pilato intercediendo a favor de ese hombre justo, porque aquella noche había soñado con él. Es quizá María y alguno de los apóstoles y discípulos sufriendo a distancia la escena; es quizá alguno de los judíos sintiéndose confuso por aquella actitud inicua. Es todo corazón que escucha la verdad y se hace capaz, a su vez, de proclamarla: es la misericordia de Dios que se derrama en los corazones de los hombres, de los elegidos.

"... No así los impíos, no así:
son como paja que arrebata el viento".

(Salmo 1,4)

 Hoy en nuestro mundo también existe mucho griterío y mucha confusión. Mucha idea vana, mucha actitud falsa, mucha mentira y mucha injusticia. Pero debajo está el Reino de Dios, que es el reino de la realidad. Por ejemplo: muchos hoy desprecian a los aún no nacidos, como si no fueran seres humanos como los demás. Pero la realidad es que sí lo son. Todas esas ideas de supuesta defensa de derechos de la mujer, de compasiones y correcciones políticas, todo el abortismo y todo lo que lo apoya, todos los intereses políticos y estupideces que se dicen para sacar partido en torno a la oculta barbaridad del aborto... todo eso está en el humo, inconexo de la realidad: es pura ceniza. El Reino de Dios, el reino de la realidad, está debajo: en los que defienden la vida, en los que verdaderamente apoyan a la mujer, en las parejas o mujeres solas que con esfuerzos luchan por su hijo, en quienes se enfrentan a la corriente y dan testimonio aunque sean vilipendiados por ello, en los que escuchan esas verdades y se sienten confundidos en su error, replanteándose tanta falsedad... todo eso sí es real, eso no se lo lleva el viento, sino que está bien fundido con la gracia de Dios: es el Reino de Dios presente entre nosotros.

"Cuando se aplasta bajo los pies
 a los cautivos de la tierra,
cuando se conculca el derecho de un hombre
en presencia del Altísimo,
cuando se defrauda a alguien en su pleito,
¿no lo ve el Señor?"

(Lamentaciones de Jeremías 3, 34-36)

 ¡Claro que lo ve! Otro ejemplo: la persecución anticristiana en África, Oriente Medio, Corea del Norte, China, etc. ¡Cuántas falsedades y ocultaciones hay sobre eso! ¡Cuántos intereses económicos, cuántas alianzas increíbles por el poder mientras se asola Siria e Irak, mientras se mata a los cristianos! ¡Qué manejo torticero de los medios de comunicación para que no se sepa que en nuestos tiempos se está produciendo un terrible martirio! No entremos en culpables; todo es paja que se lleva el viento. Los intereses económicos, el odio al cristianismo, la barbarie y la mezquindad de tantos; todo eso es falso, toda esa ganacia es óxido que se deshace. Nada es real, nada de lo falso permenece. Sólo permanece la verdad: la verdad del niño que confiesa a Jesucristo antes de ser degollado, la verdad de la mujer que es separada de su familia para ser vendida como esclava sexual por ser cristiana, la verdad de los que son machacados por una bomba cuando estaban en su casa sin culpa de nada, la realidad de quienes apenas pueden esbozar un gemido de denuncia para oponerse a la máquina de la injusticia, el perdón de las víctimas y los perseguidos, los musulmames -incluso los terroristas- que se ven atraídos por Cristo a la conversión, a causa del testimonio de misericordia y fidelidad de los mártires... Hasta ese mal puede servir para llamar a algunos elegidos de entre los musulmanes, para que se conviertan y vivan...  Todo eso es verdad y permanece, todo eso es el Reino de Cristo que crece entre nosotros, y que resplandecerá en su realidad cuando el orín sea limpiado, cuando todo lo falso y todo lo injusto se desprenda como el óxido.

"¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?"

 (Jesús en el Evangelio según San Lucas 9,25)


 ¿Y la injusticia social? ¡Cuánto lujo, cuánto derroche, y cuánto sufrimiento al lado! ¡Qué dolor y qué frustración los de unas personas que sólo quieren formar una familia y vivir honradamente, pero no pueden, porque no tienen un sitio donde trabajar, una casa para vivir, un salario para ganarse el pan! ¡Cuánta estupidez cruel, disfrazada de ciencia económica, cuánto egoísmo y narcisismo disfrazados de política social, cuánta falsedad disfrazada de ayuda! Todo eso es porquería, polvo que se va con un soplido. Debajo queda el sufrimiento y la frustración de los pobres, eso sí es realidad; el sudor de los que sí trabajan por ellos y lo hacen por amor, la voz de los que sí claman justicia en nombre de Dios y no para subirse a ningún pedestal. Los pedestales caerán; los pobres y los misericordiosos se alzarán. Estos forman el Reino de Dios que está ya entre nosotros.

"Él derriba del trono a los podrosos 
y enaltece a los humildes;
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos".

(María, alabanza a Dios en el Magníficat 
Evangelio según San Lucas 1, 52-53)

 Hasta en la escena más terrible vence ya el Reino de Cristo: un grupo de niños puestos en fila es invitado a renegar de Cristo o ser degollados uno a uno. El dolor, el miedo, el sufrimiento, son terribles, pero la realidad que vemos con los ojos de la cara es incompleta. Acaba el primero de ser degollado en un charco de sangre sobre la tierra, y ya se levanta en el Cielo a grandes saltos, arrojándose en los brazos de su Creador. Todo, todo el sufrimiento ha pasado; en esa escena terrible hay una ventana inmensa a la felicidad.

"Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos".

Salmo 118, 15


 Hasta el mal sirve para el bien, como la traición de Judas sirvió para la glorificación de Cristo y la salvación de todos los elegidos. Los malvados, sin quererlo, aumentan la victoria de sus víctimas. El demonio intenta hacer el mal, pero...

"Todo concurre al bien de los que aman a Dios"

(Carta de San Pablo a los Romanos 8,28) 

..."incluso el pecado"

(San Agustín, padre de la Iglesia, siglo V)

 En nosotros mismos hay verdad y mentira, hay bien y mal. Todo lo que no es verdad, lo que no viene de Dios, no está anclado en la realidad y no permenecerá, será como paja que se quema en el fuego. El resto, lo auténtico, lo verdadero, lo sano, lo que está sostenido por la gracia de Dios, eso sí permenecerá.


"El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo.
Sobre él se puede edificar con oro, plata, piedras preciosas, madera, pasto o paja:
la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio, que se revelará por medio del fuego, la pondrá de manifiesto; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno.
Si la obra construida sobre el fundamento resiste la prueba, el que la hizo recibirá la recompensa; si la obra es consumida, se perderá. Sin embargo, su autor se salvará, como quien se libra del fuego".

(Primera Carta de San Pablo a los Corintios 3, 10-15) 

 Sí, sólo quien está verdaderamente sobre la Roca, que es Cristo, que es lo verdadero, lo real, se salvará. Quizá muchos sin ni siquiera conocerle, aunque sin culpa suya, se salvarán, porque eran de la verdad y escucharon su voz... en su conciencia. En cambio, otros se condenarán, porque le rechazaron. Esa es la realidad, ese el el Reino de Cristo, aparentemente ocultado entre tanta parafernalia, entre tanto griterío falso. Está ya aquí. Es real, es más, es lo único verdaderamente real, pues todo lo demás es vanidad.
"Vanidad de vanidades, todo es vanidad"

(Eclesiastés 1,2)

 Por eso, vivamos en la realidad del Reino de Dios, acogiendo su misericordia, antes de que resplandezca su justicia, porque cuando Él llegue, sólo lo justo resplandecerá. Pone Santa Faustina Kowalska en labios de Jesús en una de sus revelaciones: "Antes de venir como Juez justo, abro de par en par la puerta de mi Misericordia".


«Dime, Padre común, pues eres justo, 
¿por qué ha de permitir tu providencia, 
que, arrastrando prisiones la inocencia, 
suba la fraude a tribunal augusto? 


¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto 

hace a tus leyes firme resistencia, 
y que el celo, que más la reverencia, 
gima a los pies del vencedor injusto? 

Vemos que vibran vitoriosas palmas 
manos inicas, la virtud gimiendo 
del triunfo en el injusto regocijo.» 

Esto decía yo, cuando, riendo, 
celestial ninfa apareció, y me dijo: 
«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»


Bartolomé Leonardo de Argensola, siglo XVI

 De los hombres no veremos la justicia, pero sí veremos la justicia de Dios, y los que la esperan se saciarán de ella.

 "Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia,
porque serán saciados".

Jesús en el Evangelio según San Mateo 5, 6

Y será pronto, muy pronto, antes de que nos demos cuenta:

"¡MARANA THA, VEN, SEÑOR JESÚS!"

(Apocalipsis 22,20)


El amor es la muerte de la muerte


José Luís Nunes Martins
23 de janeiro de 2016    https://www.facebook.com/jlmartins?fref=nf

                                            Ilustração de Carlos Ribeiro

¿Qué hay después de la vida? Nada. La vida no tiene después.

La muerte es temporal. Hay un abandono del tiempo y del espacio… el amor permanece, pero tal vez más profundo que en cualquier otro momento. No tiene sentido que algo pueda separar el encuentro de dos almas.

Sólo el egoísmo puede matar de forma irreversible. Quien cree encontrar en sí mismo el por qué y el para qué de su vida, tomando a los otros  como meros instrumentos de su satisfacción, se abandona a sí mismo, rompiendo toda posibilidad de que su corazón cumpla aquello para lo que fue creado: amar. Quien no ama se pierde, para siempre. Se consume en un ansia tan devoradora que sólo encuentra fin en el vacío.

¿Qué sentido puede tener esta vida sin una verdad que sobrepase los límites del tiempo?¿Cómo puedo yo justificar mi existencia? ¿Soy una casualidad?¿Dónde estaría la consciencia que lee estas líneas si esa casualidad no hubiese acontecido?¿En la Nada? ¿Cómo puede alguien creer que toda la belleza y armonía del mundo son resultado sólo de una explosión caótica?

¿Hasta que la muerte nos separe? No. Hasta que la muerte nos lleve… hacia donde la plenitud del amor se cumple. Mientras en este mundo alguien ama a alguien no faltará sentido a la vida… ni a la muerte.

La sombra que la muerte lanza sobre la vida es señal de una luz perfecta que nos ilumina el camino, nos alienta y nos promete que no hay nada después del amor… porque el amor no tiene fin.

lunes, 18 de enero de 2016

Los cuatro caminos del amor. Dos acertados y dos equivocados.



16 de janeiro de 2016   https://www.facebook.com/jlmartins/posts/10205377960716045?fref=nf

                                                           Ilustração de Carlos Ribeiro

Es un tremendo error que se una o permanezca unido lo que debe estar separado. Del mismo modo, es un terrible error que se separe lo que debe permanecer unido.

Es un excelente camino el que une lo que debe estar ligado, tan bueno como la decisión de mantener separadas las partes que no forman entre sí una unidad.

El amor es sinceridad y caridad. No debo fingir ser lo que no soy, ni engañarme pensando que el otro es quien no es, sólo porque no quiero admitir que no somos compatibles. Hay caridad pura en decir no a un amor imposible…

La perfección no es la ausencia de error o un cúmulo de virtudes. Nuestra perfección nace de que somos incompletos… pero que nos podemos completar, haciendo de dos, uno… ¡un nosotros… perfecto! Completo.

No. El amor no sucede ni se desaparece por un desencanto cualquiera extraño a la voluntad. Se decide a partir de la honestidad de los que, a pesar de proceder de lugares distantes, resuelven unir sus cielos y elevarse hasta allí por el mismo camino.

Puede partir de algo divino, pero no existe sin el compromiso y los gestos concretos de los que deciden aceptar el don y multiplicarlo. Está al alcance de todos, pero solo pocos tienen el coraje, la paciencia y la firmeza de alma que los hace  dignos del mayor de los dones, el don de ser don en la vida del otro. Sin esperar nada a cambio, sino recibiendo siempre mucho más de lo que se merece… muchas  veces, cuando menos se merece…

Un compromiso de amor es siempre una decisión conjunta definitiva a la que no puede faltar ninguna de las partes. No unir lo que es separado es un excelente principio.

Más allá de los dolores y de los placeres del día a día, debe prevalecer lo que es más elevado… unido lo que debe estar unido y separado lo que debe estar separado.

sábado, 16 de enero de 2016

En la era digital

Daniel Medina Sierra

En la era digital, la era tecnológica, un tiempo en el que puedes comunicarte con cualquier persona del mundo al instante, donde mandamos artefactos más allá de nuestro sistema solar, un tiempo que se supondría que sería la era de oro de nuestra civilización, estamos abocados al desastre mundial.
No creen en nada, en nadie, ni siquiera en ellos mismos, una súper exposición de la vida íntima y personal ante casi toda la sociedad global,  esperando tal vez algún reconocimiento, o, quizá  es que se sienten vacíos, o no saben exactamente lo que dicen y hacen por la red.

  
Hemos conseguido alterar el equilibrio natural de la vida. Somos seres sociables,  pero hay quien jamás se preocupará más que de su propio ego, somos empáticos con todos los seres de este mundo, pero hay quien se empeña en dañar a otros por acción o por omisión; somos sumamente generosos, pero hay quien prefiere amasar, robar todo lo que pueda, hasta el final de  su pobre existencia.


Frente a un enjambre de zombis solitarios, frente a muñecos de paja gobernando en el mundo, frente a rocas financieras que no se inmutan ante los desastres que el planeta sufre, no se puede hace prácticamente nada, casi nada.
El trabajo empieza y termina por uno mismo, y eso requiere que cada uno se responsabilice de sus propios actos y los asuma, sino que también conlleva el ser consciente de la necesidad de sumar esfuerzos de todos para sostener y mejorar todo lo que nos rodea, incluidos nuestros semejantes.

  
Tengo mucho que aprender y vivir, tengo mucho que ofrecer aún, pero tengo muy claro que no quiero una vida digital, solitaria, individualista, corta de miras e incapaz de vivir una vida real; incapaz de abrir el corazón para que sufra y para que renazca cada día. Quiero vivir libre de ataduras digitales, de personas sin chispa que sólo busca robarte lo que jamás podrán poseer. Quiero vivir sin falsos aduladores que lejos de sentirse orgullosos sienten envidia por que nunca serán como yo.


miércoles, 13 de enero de 2016

Hay una solución (AA)


Así comenzó la reunión, exactamente con esas palabras. Voy a tratar de comunicar lo que se dijo, cómo se dijo y lo que se quiso decir en la reunión, a la que tuve el honor de ser invitado, una vez más, por el grupo “Humildad” de AA.

Tras la lectura ritual, muy apreciada y valorada entre sus miembros porque les da la “energía constante” que necesitan,  comenzó el rosario de intervenciones y testimonios. Digo un rosario, pues es como si en cada intervención se contemplara un episodio del calvario que vive un enfermo de alcoholismo. A cada intervención  le precede el saludo ritual, “Hola, F.”, para darse ánimo entre todos. Así se hace más palpable el silencio que sigue, para que el que habla lo haga sin la más leve interrupción, y para que todos puedan participar, acompañándolo en silencio, aceptando lo que tenga que escuchar. Así el paciente echa  fuera al enemigo que lleva dentro y que lo somete a sus caprichos. Al terminar las intervenciones, todos, cogidos de la mano, invocan la fuerza del Ser Supremo. Así salen fortalecidos y dispuestos a seguir disfrutando de su nueva vida, sin alcohol.

Comienza el primer testimonio y recojo la primera frase: “lo que más me impactó de AA fue la constante preocupación por el otro”. Cuando llega el momento en que me planteo qué es lo que tengo que hacer, cuando hago mi examen de conciencia, necesito el apoyo del grupo. Es terrible cuando piensas que “no hay arreglo”, o eres consciente del daño que te haces a ti mismo; pero mucho más, cuando piensas en el daño que causas a los otros.

Entonces es cuando das el paso, para no caer en la desesperación y la locura. Entonces piensas que tiene que haber una solución para poder soportar la existencia.

Cuando has dado el paso y te has acercado a AA, cuando escuchas los testimonios ajenos, todo lo que han pasado otros, y lo exponen en público con tranquilidad, con total seguridad, es cuando te sientes acogido y en buenas manos. A él le resulta admirable sentirse escuchado, diga lo que diga, y aunque estuviera equivocado… Ya se dará cuenta.

En AA se respira confianza, se empieza a ver la solución, porque hay muchos que han pasado por lo mismo y ahora ellos te ayudan desinteresadamente.

Otro testimonio, con veinticinco años en el alcoholismo, dice que pasó por la puerta un día…y aún sigue recuperándose. Vivía, dice, ‘una vida ingobernable’, hasta ser expulsado de casa por su esposa. Se refugia en casa de su madre. Aunque no quería, bebía; se esforzaba inútilmente prometiéndole a su hija pequeña que no bebería más, porque volvía a caer…

Entonces se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Y se la facilitó su propia suegra: “cuando no bebes, eres una gran persona”. Al día siguiente decidió ir al médico, y por ahí llegó a AA. También se encuentra con un antiguo compañero de bebida, y como ya había dejado la bebida lo encuentra muy diferente, con muy buen aspecto.

Pero, leía folletos de AA y le parecía que allí sólo se hablaba de Dios, le parecían unos “capillitas”. Fue a Cádiz y allí empezó a sumir su enfermedad, comenzó a hacer cosas, a escribir los textos de AA uno tras otro… Así fue adquiriendo fuerza de voluntad; crecía mientras se olvidaba del alcohol.

Bebía para superar la timidez, y alguien le dijo que no tuviera miedo, que eso pasaría. Sigue practicando y queriendo saber más de AA.

Insiste con otra advertencia, aunque al principio todo esto te sirve, uno se va acostumbrando, y entonces puedes fallar. De todos modos empezó a cambiar su propia vida, con su familia y con los compañeros. Ahora su vida es AA más el trabajo más su casa. Ir cumpliendo los doce pasos me daban una vida diferente.

Cuando te aceptas a ti mismo, empiezas a poder aportar soluciones, dijo otro.

Por desesperación, llegas a AA por desesperación, afirmaba  un testimonio más. Yo creía que era un vicioso, aquí me hicieron ver que tenía  una enfermedad.

Si sigo los doce pasos, voy comprendiendo que la solución está en mis manos. Cuesta trabajo. Le abrumaba el sentimiento de culpabilidad, el desprecio de los demás, de su propia familia… Sus propios desprecios hacia los demás: ‘siempre la misma comida…” aunque no fuera así; o dando plantón cuando lo esperaban para una reunión o celebración… ‘Siempre pensaba en el bar,  porque me daba vergüenza, y me iba al bar’.

Cuando decidió venir a AA nadie  lo creía. Pero él  entonces pensó que tenía que haber  una solución, y se decide: ‘tengo que cambiar. Tengo que ser sincero conmigo mismo. Me tengo que dar la vuelta entera”. Lleva practicando ya para ocho años; voy escogiendo lo mejor, dice.

Yo sólo siento gratitud, cuando habla  con otro alcohólico, dice otro testimonio.  Aprendo aquí el gran cambio que busco, con esta tranquilidad que me da la pertenencia al grupo. Duermo cada día más tranquilo.

Antes estaba aislado, salía corriendo… a beber. Eso ha quedado atrás.

Hubo aún un testimonio femenino, los anteriores eran de hombres. En la mujer hay que elevar todavía un poco más la desgracia que supone el alcoholismo, tanto por el desprecio que inspira: “¡borracha!”, como por su propia condición de mujer, de madre…

Ella le pedía a Dios ayuda. La mujer, dicen, coge antes la enfermedad. Ella la vivió como un proceso galopante. Primero bebía en solitario, se hizo más introvertida. Se asomaba al balcón y envidiaba a los que pasaban por la calle con aspecto normal. Siente remordimientos, le causa dolor tener que ir a recoger al niño cada vez más lejos del colegio, para que no la vean. Tener que hacer un esfuerzo enorme para que no se lo noten. ‘Creo que es lo más duro que he vivido y tendré que vivir’. Beber durante el embarazo… hacer esperar al niño. ‘Yo había caído en algo que jamás había pensado me podía suceder a mí’. Por eso le pedía a Dios con insistencia, hasta que un día puso la radio y escuchó el testimonio de una mujer alcohólica. Inmediatamente pensó que era un mensaje para ella. Admitió su derrota, llamó a AA, y a las dos horas recibió la visita de dos compañeros.

Destaca la sinceridad que reina en AA. Ella se identificaba con todos los síntomas de que hablaban. Vino porque no quería vivir. Toda la fuerza que necesita la encontró aquí. Se siente inmensamente contenta, porque aquí ha encontrado “la solución a una vida entera”, se siente integrada.

Parece que todos quieren hablar, todos quieren decir lo bien que se sienten, porque les desborda el agradecimiento. Uno más expresa con emoción que lo que le llena es sentirse escuchado. ‘Uno habla y los demás escuchan. Aprendo a vivir, a ser miembro de mi familia. Hoy tengo una familia que antes no tenía, porque la dejé para beber tranquilo. Los que antes se burlaban, ahora ya no se burlan. Siguen los mismos bares abiertos, pero yo ya no bebo’. Y pide por los que beben.

Mientras escuchaba y trataba de tomar nota de cuanto decían me asaltó una idea, con una claridad plástica porque la estaba viviendo: “La verdad os hará libres”. Y se lo dije, y les dije que eran un ejemplo fabuloso para esta sociedad, egoísta, y dependiente de mil y una drogas de todo tipo, porque ellos han decidido hacer frente a “su verdad”, a su enfermedad, y el mismo esfuerzo les brinda la recompensa,  una vida nueva. Sois un ejemplo admirable. Existís maravillosamente, porque es una maravilla contemplar a un ser humano reconciliado consigo y con los demás, capaces de dar lo mejor de sí.

 “Cuando no bebes eres un hombre estupendo”, esto se podría aplicar a otras  personas si fueran capaces de desengancharse de la tele basura, de los juegos, del móvil y otros artilugios que hipnotizan y enajenan, y le hace caer en el desinterés por el otro, la sociedad, y el bien común.

Y termino y perdonadme por extenderme. No es lo mismo creerse feliz, que serlo de verdad. Creer que se puede ser feliz sin esfuerzo, o siguiendo  algún atajo, que saber que  la felicidad se conquista, y a veces después de un gran, enorme, titánico esfuerzo. Mucho menos es lo mismo, creer que cualquiera se merece  ser feliz sólo por haber nacido, que ser feliz por haberlo merecido, por haber asumido el esfuerzo que requiere, sin exigencias.

Creer que se puede alcanzar la felicidad en solitario, es un espejismo, la felicidad es para todos y eterna, no tiene fin, sólo así se podrá ser verdaderamente feliz. Ahora solo puedo intuir qué es la felicidad, pues se muestra esquiva, aparece y desaparece; muchas veces viene sin darnos cuenta, sin esperarla, estamos felices y no sabemos bien por qué, no nos permite descubrir su secreto, por eso es una gran objetivo por el que vivir.


sábado, 9 de enero de 2016

El misterio del tiempo que no pasa



2 de janeiro de 2016    https://www.facebook.com/jlmartins?fref=nf


                                                 Ilustração de Carlos Ribeiro

El presente no es solo el instante en que el futuro se hace pasado. Por más que nos apresuremos o retrasemos… nadie huye de su tiempo. De este. Al único en que nos es dado vivir. Lo más importante en la vida no es lo que producimos, sino lo que somos. Nuestra presencia será, de todas, nuestra obra más valiosa…

Puedo sentarme sin tener que estar a la espera de nada… puedo quedarme conmigo y disfrutar. Dedicarme a viajar por los caminos en que los recuerdos se encuentran con los sueños… apreciando el hecho de estar aquí y ahora conmigo… y con quien está conmigo, aún o estando aquí.

Perseguimos objetivos sin gran valor y huimos de los miedos sin quererlos afrontar, manteniéndonos ocupados con cosas de poca importancia… hasta que un día la realidad nos atrapa, por un accidente cualquiera que nos obliga a parar y a convivir con la verdad de nosotros mismos. Aparecemos entonces delante de nosotros, tal como somos… y nos damos entonces cuenta de que pudiéramos ser mejores. Mucho mejores.

No puede haber más alegría en esperar por los buenos momentos que en vivirlos.

Estar presente es estar con otro como un don, de tal forma que, aunque él se aparte, por mucho que sea, no se acabará nuestra ligazón.


A los que son vida de mi vida puedo decir: cuando te pierdas, no me busques, estate tranquilo… yo he de encontrarte.

lunes, 4 de enero de 2016

Mártires



Risas robadas detrás de la esquina,
Llantos sesgados, un aliento de vida,
Sueños truncados, mártires rezando,
muertos en la tierra, gobiernos mirando,
ángeles rogando por las almas perdidas,
dueños de duelos contra almas benditas,
sangre de dios manchando las manos,
de tantos y tantos esclavos del miedo,
mezcla de odio, extremismo y ceguera,
no ven a sus hermanos sufriendo por ellos,
miles de estrellas iluminan el cielo,

y en la tierra sólo queda la soledad de un pueblo.

Daniel Medina Sierra

Feliz año


 Daniel Medina Sierra


Ya han terminado las fiestas, hemos comido copiosamente, hemos tomado alguna copita de más, hemos estado con los seres queridos, hemos reído, cantado y dado cientos de besos y abrazos. Otro año más de buenas intenciones, buenos propósitos, planes y sueños por cumplir. Conforme vayan pasando los meses, comes menos, tomas menos, estas mucho menos tiempo con tus seres queridos, ríes menos y mucho menos cantas; y los besos y abrazos son fortuitos.

Los propósitos, planes y sueños, o bien cambian, o bien se olvidan…, o se cumplen; quien sabe. ¿Qué pasó con los seres queridos, por qué ya no reímos tanto, ni cantamos, ni besamos ni abrazamos? Es curioso...¿Qué pasó con las buenas intenciones, los propósitos, planes, sueños? El problema, como siempre, es de todos y cada uno de nosotros. Hemos interpretado mal el mensaje, sí, es eso. Cuando llegan estas fiestas todos tenemos como una especie de “Nueva oportunidad.

Tenemos la opción de mirar ese año que está a punto de finalizar y reflexionar sobre lo que hemos hecho mal, lo que queremos enmendar, si queremos dar una segunda oportunidad a alguien o a uno mismo. Es el momento en que puedes cambiar, usando el año nuevo como justificación, el rumbo de tu vida. Si el año nuevo fuese todos los días o no sería festivo o terminarían la inmensa mayoría de nuestros problemas.

 Todo ese cariño, amor, condensado en tan pocos días, luego se diluye. Es como si quisieras retener el agua con las manos. ¿Por qué no tenemos la valentía de reconocer que algo falla en nosotros, por qué tenemos ese miedo a reconocer que las cosas  no cambian si no cambiamos nosotros? Yo canto, canto fatal, pero canto, canto paseando a mis perros, canto cuando friego los platos y canto porque así espanto los males. Río, río con mis amigos, río recordando, y río porque no me queda llanto. No como copiosamente ni bebo,  pero disfruto de unas patatas a lo pobre como otros de un bogavante.

 No pretendo dar lecciones a nadie, ni creo ser un ejemplo a seguir, pero tengo un largo trecho del camino ya  recorrido; sé lo que es vivir sin nada en el bolsillo, sin contar con nadie; sé lo que es pasar hambre, frío, miedo, dolor físico y mental, no tengo miedo a morir ni a estar solo.
Cuando pasas por todo esto entiendes que lo importante es quién eres, no lo que tienes, que no necesitas demostrarle a nadie nada, que brillas por ti mismo o eres una sombra, y que todas las vidas son importantes.
Feliz año a todos.


viernes, 1 de enero de 2016

Dos que tienen necesidades complementarias y se encuentran.



Hace ya unos días tuvo lugar en esta oficina un encuentro entre dos personas de esos que desconfiamos que sean mera casualidad. Una de ellas es, nuestro amigo A. que hace tiempo que espera una plaza en un centro para volver a recuperar su dignidad, y no tener que bajar la cabeza, avergonzado por su aspecto. La otra, M.,  es una persona que lleva poco tiempo en nuestro albergue, pero es como si llevara mucho tiempo entre nosotros.

M. tiene una historia tremenda a sus espaldas, hasta que encontró su otro yo, prodigioso, portentoso, que, sin nada, es capaz de darse a sí mismo, porque no tiene otra cosa, y vive con la cabeza alta, con dignidad. Ahora él es un ‘recuperador’ de dignidades perdidas.

 A. ha llegado en un momento bajo, pero ha vuelto al calor del café, de la charla entre amigos, y se ha encontrado con M., que tiene una facilidad de palabra para expresar todo lo que le pasa a uno cuando  vive ‘poseído’ por cualquier droga, que te embelesa y te lleva a desear salir cuanto antes de ese círculo.

¿No es milagroso  un encuentro? ¿No es evidente que cualquier día puede ser Navidad o comienzo de año nuevo, siempre que se encuentran las personas adecuadas, con necesidades complementarias, uno la de dar el bien que ha recibido o conquistado, y la otra recibirlo con los brazos abiertos para poder seguir caminando solo?

Fue una mañana de las que hacen historia, historia de la buena, la que hace avanzar al bien frente al mal, pasito a pasito, con humildad, sinceramente; la de quien antepone el bien común al particular, la del que se planta ante el Gran Embaucador que lo ha atrapado entre sus redes y lo obliga a consumir permanentemente el veneno que lo mantiene sumiso, aletargado en el engaño de creer que sólo así es feliz, y los demás son ‘tontos’, no saben lo que se pierden…


Y así, el consumo lo va consumiendo, él se va muriendo hasta en su propia imaginación, sólo le queda el consumo por el consumo, para   sentirse vivo, una supervivencia fatal, despreciable para él mismo hasta querer desaparecer… consumir y desaparecer, consumir y desaparecer… pero esta contradicción algún día estalla, voluntariamente o por agotamiento…